Podría haber sido escuchando de nuevo a los Beatles en ese magical Mistery Tour, pero me he sorprendido cerrando los ojos y viajando a un paisaje de arcoiris esponjoso, de nubes de algodón y pájaros de alas de colores imposibles viendo el último spot de Heineken. ya véis que poco hace falta para transportarse a otra realidad... Y sí, prefiero llamarla otra realidad, más que fantasia, porque últimamente necesito aferrarme a ese mundo, quiero dormir para acudir allí y no ser más que piel, ojos, oídos, nariz y boca para oler colores, ver perfumes, oir sabores y tocarlo todo a la vez. Bienvenida la psicodelia de vez en cuando para encontrar por un rato el niño que la vida se empeña en hacernos olvidar. Bienvenida para que podamos cambiar pensamientos por sensaciones, y rutina por una fiesta de pinturas en rebelión.
Me quedo escuchando mi billete de viaje al "otro lado". Hoy, más que nunca, me apetece dejarme llevar a la Golden Age.
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