Pues aquí estamos, mi hermana yo y mi Gea, viendo el debate político, a ver si sacamos algo en claro. Pero yo tengo que confesar que me aburre sobremanera. Ni me fío de los de antes, ni me fío de los nuevos. Aunque, vaya, ya es un logro que las elecciones no sean un partido de tenis a dos. Ya veremos que pasa.
Mejor aprovecho la pausa publicitaria para hacer algo más agradable que preocuparme por la marcha del país y dejo por aquí unas fotillos de las venidas de mis últimas visitas y de mis idas a visitar a otras.
No tuve ocasión de comentar la visita de mi amiga Rocío el pasado 21 de noviembre, pero lo pasamos muy bien y, por supuesto, aunque sea con algo de retraso, aquí debe constar, como Dios manda, el pequeño documento gráfico de ese estupendo fin de semana.
Y, como es lógico, también tiene su hueco mi último
intento de juerga en Sanlúcar. Y digo intento porque, si no es Aurora, soy yo, algo nos pasa que acabamos en cama mucho antes de lo previsto, jajaja. Aunque eso sí, antes de que la borrachera pueda con nosotras, lo pasamos de lo lindo. Y, amiga, a la tercera va la vencida. Seguro que la próxima cerramos los bares.
Por suerte, el sueño reparador fue realmente reparador y al día siguiente estaba perfectamente decente para recibir a mi hermana y tener el resto del puente para disfrutar de su compañía. Paseos revitalizantes por Sancti Petri
y la Barrosa, celebración adelantada de mi santo en el Caño Chanarro, fabricación de mi arbolito alternativo de Navidad, charla, mucha charla y aún nos queda mañana.
Ojalá todos mis fines de semana fueran así.
En fin, el debate sigue...