Hoy es el día de la Tierra. Un día en el que más que celebrar, debemos reflexionar sobre el modo en que la vida humana repercute en un planeta que es nuestra casa y nuestro sostén, y que parece, en muchos casos, que no nos importa, cuando es lo que más debiera importarnos. Todos los años, de un modo u otro me gusta recordar La Carta de la Tierra. Hoy solo os dejo un enlace para el que quiera saber la historia de cómo se inició este proyecto y cómo se terminó redactando esta carta que recoge los principios que se debieran seguir para mantener un desarrollo sostenible que asegure no solo el bienestar del planeta hoy, sino en el futuro.
Y hoy, día de la Tierra, Gea para los griegos, yo me he despertado mirando a otra "diosa" a la que puse su nombre porque, sin saberlo entonces, estaba destinada a convertirse en el centro de gravedad de mi adoración. Porque no nos hemos separado en casi trece años y ya, me temo, estoy viviendo un tiempo regalado junto a ella, no quería esperar a la que será, sin duda, la más luctuosa despedida sin dejar en mi piel un rastro del recuerdo que siempre llevaré de ella en un lugar más adentro, más reservado, más nuestro... Así que, no había día más apropiado que hoy en el que su nombre es protagonista para tatuarme su huellita. Un gesto tonto para muchos, supongo, pero que tiene tanto significado para mí, que a pesar de la cara que el solo pensar en agujas me produce, tenía que hacer.
Porque no puedo olvidar que cuando llego a casa me recibe pancita arriba esperando una caricia, diciéndome que ya me extrañaba;que cuando se van las visitas, ella nunca deja que la soledad me invada; que cuando hay dolor, cuando no encontraba motivos para levantarme de la cama, ella ha estado siempre ahí. Aunque fuera porque podía dejarme a mí misma, pero nunca a ella, me levanté en aquellos días y me sigo levantando. Por todo eso y porque me alegro cada día que sigue conmigo, tenía unas inmensas ganas de ese tatuaje que luciré con orgullo hasta cuando mi piel ya no luzca tersa.
Queriéndola como la quiero y siendo tan fácil haber adquirido este sentimiento tan solo mirando su carita, me pregunto con asombro y estupor cómo puede haber salvajes que maltraten animales. A veces me cuesta hasta leer este tipo de noticias de las que no hay día que no me entere. Jamás lo podré entender...
Pero bueno, hoy no quiero darles ni un segundo de importancia a esta escoria. Hoy es un día donde yo celebro mi amor por todos los seres vivos de mi planeta, que es el vuestro, el amor por la naturaleza, por el regalo del mar y las montañas, del viento y la lluvia, el amor por esta pequeña panterita que llegó a mi vida para quedarse e impregnarla de ella.
Espero que os divierta mi cara de sufrimiento, je,je,je...