Si la amistad te ha traido por aquí, eres bienvenido para compartir mis momentos de tranquilidad, aquellos que podré dedicar a este diario, sin guión, ni intención.
Y si es el azar lo que ha hecho que aterrices con un click en este blog, bienvenido también: si llegaste y encontraste algo que te sirva, mejor.

lunes, 7 de diciembre de 2015

IDAS Y VENIDAS

Pues aquí estamos, mi hermana yo y mi Gea, viendo el debate político, a ver si sacamos algo en claro. Pero yo tengo que confesar que me aburre sobremanera. Ni me fío de los de antes, ni me fío de los nuevos. Aunque, vaya, ya es un logro que las elecciones no sean un partido de tenis a dos. Ya veremos que pasa.

Mejor aprovecho la pausa publicitaria para hacer algo más agradable que preocuparme por la marcha del país y dejo por aquí unas fotillos de las venidas de mis últimas visitas y de mis idas a visitar a otras.

No tuve ocasión de comentar la visita de mi amiga Rocío el pasado 21 de noviembre, pero lo pasamos muy bien y, por supuesto, aunque sea con algo de retraso, aquí debe constar, como Dios manda, el pequeño documento gráfico de ese estupendo fin de semana.

Y, como es lógico, también tiene su hueco mi último
intento de juerga en Sanlúcar. Y digo intento porque, si no es Aurora, soy yo, algo nos pasa que acabamos en cama mucho antes de lo previsto, jajaja. Aunque eso sí, antes de que la borrachera pueda con nosotras, lo pasamos de lo lindo. Y, amiga, a la tercera va la vencida. Seguro que la próxima cerramos los bares.

Por suerte, el sueño reparador fue realmente reparador y al día siguiente estaba perfectamente decente para recibir a mi hermana y tener el resto del puente para disfrutar de su compañía. Paseos revitalizantes por Sancti Petri
y la Barrosa, celebración adelantada de mi santo en el Caño Chanarro, fabricación de mi arbolito alternativo de Navidad, charla, mucha charla y aún nos queda mañana.

Ojalá todos mis fines de semana fueran así.

En fin, el debate sigue...









domingo, 29 de noviembre de 2015

LOS SIETE PUNTOS MÁGICOS DE CHICLANA

Me propongo visitarlos todos. Y, para empezar, esta tarde ya he descubierto el primero. Ha sido una
tarde inesperádamente agradable y, desde luego, con este marco aún más. No sé si será magia o qué, pero en este momento me siento muy agradecida por esas casualidades que ocurren a veces que hacen que todo gire 180º y hace que una semana que empezó entre llantos se termine con una sonrisa gigante. Tampoco sé si la magia dura o es cuestión de un instante, pero bueno, aunque sea una estela fugaz, esta noche me siento verdaderamente bien.


“Caminante, desde aquí tus ojos contemplan hoy el mismo escenario que hace tres mil años contemplaron los fenicios y eligieron para construir su famoso Templo a Melkart (hoy Castillo de Sancti Petri). Tú disfrutas ahora de este espectáculo único que tanto los fenicios como Aníbal y Julio César pudieron ver al atardecer durante los equinoccios de primavera y otoño cuando el candente disco solar se ponía justo en la vertical del Santuario de Hércules antes de que, según sus creencias, se apagaran las aguas del Atlántico con estruendosos chirridos.”

 Así que, tras esta puesta de sol en este lugar mágico no queda otra que tener una buena semana. Quién sabe lo que puede ocurrir a lo largo de ella, quién sabe... lo que sí sé es que tengo ganas de descubrirlo. ¡A por ella!

Y, como la mágia es más grande cuando se comparte, os deseo a todos buena energía para empezar el lunes.

domingo, 22 de noviembre de 2015

¿QUÉ TÍTULO LE PONGO A ESTO?

¡Qué impotencia, de verdad!

 Se me pasará, claro, no me queda más remedio, pero ahora mismo estoy tan cabreada que me como las paredes. Aunque nunca he necesitado mucho dinero para sentirme feliz, ahora mismo daría lo que fuera por tener el suficiente para tener una casa con el espacio adecuado para conservar tu biblioteca, entera, con lo que tiene valor y con lo más absurdo. Tu biblioteca que eres tú, tu biblioteca que es cómo el mar, que aunque no lo visite todos los días, necesito saber que está ahí para cuando necesite olerlo. No son cada uno de los libros, no se han enterado, ni se van a enterar. Sus razones, sus razones. Sus prisas. Ya lloré por tus discos, por mis momentos contigo entre ellos, y ahora ya sé que tampoco me va a quedar lo que sentía muy nuestro. No eran los libros, era la biblioteca, porque yo sé el orgullo que tú sentías de ella y porque me enseñaste a amar la lectura entre esas estanterías atestadas. Que a veces, papá, no sabía cómo hablarte, pero allí siempre había una escusa para hacerlo. Tanto pragmatismo me asquea. ¡Qué fácil es decir que lo importante es llevarte en el corazón! ¡Ya! Pero hay un columbario en el campo donde yo no te encuentro. Pero sí te encontraba en los discos y en medio de esa habitación, aunque fuera un par de minutos cuando voy a ver a mamá. Pero ella cree que abrazar un árbol da energía, y no entiende que hay energía allí para mí. Ella no entiende que esa es una cuestión de fe para mí, la que debería entender más que nadie lo que es creer en algo que no sé ve. ¡Cómo te echo de menos está noche papá! Porque sé que tú sí lo entenderías. Y ni siquiera estoy allí para pelearme, lo he hecho por teléfono, y con mi hermana, y lo siento porque no puedo vivir sin ella, pero es que me siento traicionada.

Todo este rato que llevo escribiendo sin aire porque me ahoga el llanto, no dejo de pensar en el libro de tapas verdes... Las rimas y leyendas de Bécquer. Espero que, al menos, ése se quede conmigo. Tiene gracia que sea un romántico el primer libro que compartimos de tu biblioteca y que fuera uno de mis preferidos sin saber que también fue uno de los tuyos. Yo te regalé un cuadro con una de las rimas un día del padre y tu me regalaste el resto. ¡Ay, papá, cuanto, cuanto te echo de menos!

sábado, 7 de noviembre de 2015

SINTIENDO EL VIENTO

Pasiones. No hay ninguna otra cosa que pueda asegurar más a cerca de mí: que mi corazón se guía por las pasiones por más que, en tantas ocasiones, quiera atender a las razones. Y me rindo, así soy, si es malo algunas veces, también es bueno otras tantas. Mejor que el que me quiera sepa poner en la balanza lo que hay y decida si le compensa. De la misma manera lo hago yo y, con la mano en el corazón, confieso que no me arrepiento de nada. Al final, si me equivoco, no será por haber ido en contra de mís sentimientos. Y si alguna vez me siento veleta, pues veleta soy, ¡qué le voy a hacer!, giro en pos de la fuerza de esas pasiones, no puedo ir contra el viento. El viento manda y, tal vez, no sea veleta, sino que soy el propio viento. Y, sea lo que sea, ni la veleta ni lo que la mueve mienten, solo cambian de dirección porque no hay nada inmutable sino el propio cambio. Ser coherente, sencillamente, es aceptarlo así, comprender que la única verdad es la del instante presente.

Hoy sopla un fuerte vendaval, un levante con fuerza arrebatadora que huele a sal y que moja de mar. Vuelo ahí dentro, sintiendo el vértigo en las entrañas, pero sin miedo. No temo caerme porque conozco sus tiempos. Paradoja estar siempre tan espectante siendo tan conocido el viaje. Quizás ésa es la variable que hace de ese viento el más arrollador de los que me mueven.

Tal vez, el viento me vuelva a hacer golpear contra vetustos acantilados. Tampoco lo podré evitar, la naturaleza, mi naturaleza, así lo contempla. Pero no hay más que decir, lo acepto, no sé vivir feliz sin dejarme llevar por mis pasiones, no sé estar mucho tiempo en calma, mi paz está en el caos, qué sé yo... solo que debo dejarlo soplar, rugir, existir. 

He perdido mucho tiempo y mucha energía intentando encerrar el viento. No quería que me despeinara, ni que me arrugase las ropas. Sin embargo, ahora que me rendí, veo la belleza de mi cabello enrredado y de mis vestidos rasgados. Así que, adelante, que me arrolle, que aquí estoy, dispuesta a volar... siempre a volar.

domingo, 11 de octubre de 2015

UNA SEMANITA INTENSA

Intensa en el buen sentido... aunque yo sigo con mis noches de insomnio, eso sí. Son las cuatro y veinte de la madrugada y, por no despertar a mi amigo de tanto dar vueltas en la cama, me he rendido y me he levantado. Tenía pensado ir a hacer algo de ejercicio si el desvelo llegaba, pero claro, no a las cuatro. Cada vez asalta más temprana la vigilia. Así que, puestos a gastar este tiempo en algo, y entre trabajar o escribir aquí, opto por narrar mis andanzas, que siempre me resulta más entretenido y, además, no pocas cosas agradables tengo para contar esta vez. 

El martes pasado mi compañero Andrés, abrió un grupo de What´s App para el departamento de Biología al cual pertenecemos con el nombre EL CLUB DE LOS MILLONARIOS. ¡Menuda sorpresa leer que nos había tocado la Primitiva. Bueno, no ha sido un premio millonario, por supuesto, pero, oye, un pellizquito para cada uno de los cuatro sí que ha sido y a mí, particularmente, me ha completado el sueldo del mes, que, como empecé a trabajar el día 15 de Septiembre, he cobrado tan solo una quincena. O sea, que más oportuno no ha podido ser. Y, encima se me ha otorgado el mérito porque cuando Andrés me comentó poner un bote para jugar semanalmente a la primitiva, yo acepté confesando que jamás meto a loterías ni nada por el estilo, a lo cual añadí que igual tenía la suerte del novato. No sé si será así o no, pero la cuestión es que nos ha tocado y, al margen de lo bien que vienen las pelas extras, lo mejor ha sido disfrutar los cuatro (y su mujer) de la suerte que nos ha caído. Si ya había notado buen rollo en este departamento, creo yo que la alegría de salir premiados nos imprime aún más ese carácter. En cuanto ha sido posible nos hemos reunido todos para celebrarlo. Esta vez ha sido un buen desayuno, pero todos hemos compartido el deseo de que haya próximas reuniones extraoficiales, a ser posible entre cañas y unas buenas gambas. A ver si, como dice Andrés, esto solo ha sido el calentamiento y resulta que la suerte vuelve a rondarnos... Desde luego, el viernes, entre sorbos de café y dulces, todos creímos que eso es posible.

Sin penas ya, por tanto, de andar escasa de plata para el resto del mes, una afronta el fin de semana
del Pilar con otros aires. Me he venido a Málaga donde tenía previsto encontarme con un amigo de Madrid para pasar el "weekend" dedicándonos a disfrutar de los sentidos. Y, la verdad, lo estoy disfrutando de veras. Aún nos queda todo el domingo por delante para elegir restaurante, echar un rato de cine y palomitas y pasear por alguna otra zona de mi tierra donde le hago de anfitriona, pero queda ya en mi memoria una cena maravillosa enmarcada por las luces de Puerto Marina, el pescaíto frito malagueño que esta vez comimos hipnotizados por el rebalaje en la playa de Fuengirola y todo lo que entre cena y comida se ha compartido. El sol se escondió, poco  a poco, entre las nubes, así que nos quedó una tarde
nublada en la que nos llamó una sobremesa de licorcito en casa frente a una peli a la que no atendimos mucho, pero que sirvió para conducirnos a una siestecilla reparadora antes de terminar la jornada con aún más relax si cabe, en el Spa Príncipe. Pequeñito, pero agradable desde que pones el pie en la entrada. ¡Qué bien huele! Y después del masaje con el que a mí ya me dejaron flotando, un rato más de baño turco y  burbujas para acabar diciendo, como siempre que me doy el lujo, que, al menos una vez al mes debería hacer esto por mí. En fin, por supuesto, en compañía, mucho mejor. Y, si además la compañía es tan agradable, mejor que mejor.
Así, hasta una cena picnic en el sofá se convierte en algo especial. 

Solo puedo decir gracias. Gracias Raúl por este fin de semana encantador. Ahora duermes mientras
yo escribo y cuando leas esto estarás de camino a Madrid, al menos espero que sea así, que leas estas líneas mientras sientes el traqueteo del tren (o lo que se sienta en el AVE) y, además de para entretenerte un rato, sirva para sacarte una sonrisa recordando este finde especial. Un beso y un abrazo, guapo.


domingo, 4 de octubre de 2015

ARRANCANDO VERANO AL OTOÑO



Ha llegado la noche de otro día en el que el sol le ha arrancado verano al otoño.  Antes, mar y arena, más tarde compañeros, risas y cañas. Ahora, una luna menguante que aún derrama magia de singular eclipse, que mezcla su luz con el rojo del vino de mi copa tranquila. Momento para ser feliz en soledad, aunque acompañada por todas las buenas sensaciones de los últimos días. Un suspiro satisfecho y aliviado llena mi pecho porque, de alguna manera, siento que merezco esta paz, que no es regalada, que ha sido conseguida con no poco esfuerzo.
Ni de lejos mi vida es perfecta, pero hoy disfruto mis logros y, por qué no decirlo, también soy capaz de disfrutar de algunas decepciones, porque el mayor de esos logros quizás sea dejarlas atrás. Tirar la toalla, a veces, es el mayor de los triunfos. Soltar lastre, aceptar que hay batallas que jamás se vencerán y olvidar la lucha para gastar los esfuerzos en algo, seguro, más productivo. Renunciar amablemente para continuar un camino que no se sabe a dónde lleva, pero que, al menos, no lleva al mismo punto de un círculo vicioso. Emprender una aventura que, igual  tiene peligros y causará rasguños, pero que no horadarán cruelmente en una herida vieja y profunda. Seguirá ahí, no será más que un dolor sordo, mudo, que sabrá a rancio. Será una cicatriz pálida, tal vez sensible a los cambios del tiempo, será ruido de fondo de un Big Bang remoto en el Universo. Un vago recuerdo. Pero sé que seguirá ahí. Y quizás sea bueno que esté, porque solo tenerla presente me hará recordar dónde no se ha de regresar. Será mi amiga, en el fondo. La miraré, tal vez, algún día con nostalgia, porque si dolió, si, de alguna manera, aún duele es porque importaba. Pretérito imperfecto… Todavía importa, presente… pero ya más lejos, solo cuando todo se apaga y la Luna se asoma a mi copa. Solo un instante de memoria que la Luna sabrá esconder con el resto de sus secretos y que la sonrisa nueva de mis labios sabrá hacer desaparecer. Dejará de importar… futuro. El que aguarda tan cerca como el alba de la próxima madrugada.
Un sorbo más de uva tinta, un brevísimo momento más para dedicarle la última lágrima, una lágrima que ya no escuece ni amarga, tan solo dice hasta siempre, tan solo dice adiós.

lunes, 28 de septiembre de 2015

CARNAVAL FUSIÓN Y MI PRIMERA JUERGUECILLA EN CHICLANA

Antes de irme a dormir, no le puedo fallar a mi amiga Aurora, que una vez más es una de las primeras siempre en visitarme en mis destinos itinerantes. He estrenado con ella  la primera de las que espero sean muchas juerguecillas en Chiclana.

Y, bueno, no acabamos en coma etílico como en otras ocasiones (aún quiero olvidar la locura de Huelva, que una ya va teniendo cierta edad para avergonzarse, jajaja), pero hemos disfrutado de la variante "ir de tranquis". Aperitivo y cañitas en mi porche, una cenita en un sitio lindo (en el que no volveremos a pedir cierto exiguo plato), un poquillo de baile monitorizado que resultó divertido y para completar la cosa, música en directo con aires de Carnaval. Muy propio estando en Cádiz. Ya puedo decir que me he integrado en el paisaje... Y este año, sí o sí, estaré aquí para conocer en directo los Carnavales gaditanos, así que apúntatelo, niña, que en mi instituto ya hay algunos juerguistas fichados. A ver como se tercia. Por lo pronto, ya sabes dónde tienes tu casa para repetir esta noche tan agradable. Y ya, ya sé que la próxima me toca a mí. Descuida, lo prometido es deuda. Tengo la alarma puesta en mi calendario, jejeje.

En fin, aquí te dejo un pequeño resumen de lo de la "fusión" esta. Una cosilla más para nuestro álbum de recuerdos. Te quiero, txotxo ;)

martes, 22 de septiembre de 2015

PRIMERA SEMANA EN CHICLANA: ¡¡¡VACANTE!!!

Aunque parezca mentira, es el primer rato que tengo en toda una semana para respirar... aunque solo un rato, no vaya a ser que me acostumbre... ¡¡¡UFFF!!! ¡Menuda semanita de locura! 

Al estrés que ya arrastraba por el asunto del examen, se le ha sumado la odisea de tomar posesión de destino, que este año ha sido especialmente caótico para mí. No es de extrañar que el domingo pasado me acabara dando una bajada de tensión que me obligó a acostarme, sí o sí, un par de horas a media tarde.

Pero bueno, todo, poco a poco, se está poniendo en su lugar y ya veo la paz al final del túnel de la adaptación. Con todo, se presenta un curso intenso: tengo un horario algo especial, ya que imparto clases en diurno y nocturno. Además una asignatura nueva de la que no hay temario alguno, lo que implica tener ue elaborarlo, o que, a su vez, implica muchas horas de trabajo extra. Y por si  fuera poco, este año toca opositar... No tengo ni idea de cómo voy a hacer para sacar tiempo para estudiar, pero hay algo que tengo claro: sea como sea, también tengo que sacar tiempo para VIVIR. Es la primera vacante que tengo en mucho tiempo y en el centro se respira un buen ambiente de interinos y de compañeros en general, así que estoy dispuesta a aprovecharlo al máximo. Ya se cuece por ahí una quedada, así que genial. 

Por otra parte, aunque el pueblo no es bonito, precisamente, yo he tenido la suerte de encontrar un
sitio fuera del núcleo urbano, cerca de la playa, aunque no demasiado lejos del instituto, con unas condiciones estupendas: recinto privado con piscinón, bar-terraza, guarda privado que hasta te recoge la basura por las noches... y ¡wi-fi!, ¡qué más se puede pedir! Así que tanto mi Gea como yo vamos a disfrutar del lugar y encantadas de recibir alguna que otra visita... De hecho ya he tenido acompañante para estrenar una cena en mi porche; nada especial, no tuve tiempo de cocinar, pero, ¡oye!, me supo a gloria, la comida, y la compañía, ¡desde luego!

Esta mañana, que como digo, por fin la he tenido un poco más "light", he dado las pocas horas de clase que me correspondían y he tirado como una flecha para la playa. En estos días la he visitado para darme mi "walking" diario, pero hasta hoy no he podido plantar la toalla y disfrutar de un buen rato de lectura y de la tranquilidad de la arena a estas alturas del año. Escuchaba el movimiento tranquilo del agua y también los cascabeles de la caña de un señor pescando  a algunos metros más lejos de mí. Respiraba la sal en la suave brisa y con cada inspiración he sentido como se llenaba de vida cada una de mis células. De tranquilidad. Me pregunto qué sería de mí sin el mar, en serio. Ya la otra noche llegué hasta la orilla tan solo por sentirlo cerca. Y es que, como mi familia, el mar es algo seguro, una constante, el lugar que hace que nunca pierda el norte. Y cuando los días son tan desordenados y tan llenos de locura, como lo han sido estos últimos, es un bálsamo para mi alma. 
Probablemente sentiré la necesidad de él más de una vez este curso :)

                                                     Suerte que lo voy a tener cerca.


jueves, 10 de septiembre de 2015

¡¡LO CONSEGUÍ!!

Me muero de sueño y realmente me duelen todos los músculos del cuerpo, porque ya he perdido la cuenta de los días que llevo soportando más tensión que los cables de un puente colgante. Pero no me iba a acostar, sin duda, sin decirlo aquí bien alto:

                                ¡HE APROBADO!


                        ¡¡HE APROBADO!!

  
¡¡¡¡¡¡HE APROBADO!!!!!!

Creo que no recuerdo un examen que me haya producido más ansiedad que éste. Y es que ha sido un parto de casi tres años en el que me jugaba mucho más que el titulito jodido de inglés. Primero el B1 por That´s English (un par de cursos en los que me cree el hábito de estudiar inglés por mi cuenta y riesgo) y luego el B2, todo este año, sin ni siquiera tener material, ni disponibilidad para apuntarme a una academia. Cuando a un mes y medio del examen de Junio pude contratar a un profe, el trabajo ya estaba casi hecho, aunque quiero agradecer a Juan, mi profe en Órgiva, sus correcciones en mis "writings" y su paciencia con mis nervios. No fue suficiente para aprobar todas las partes del examen de la Escuela de Idiomas, me quedó el "speaking", y en eso he sacrificado casi todo mi verano. Eran mis primeras vacaciones en mucho tiempo, pero se han visto increiblemente limitadas por tener que dar clases y dedicar mucho, pero que mucho rato a ensayar y a hablar hasta cuando me daba mis caminatas diarias, aunque fuera sola. Le he hablao en inglés hasta a la gata... No sé qué hubiera hecho sin mi querida Almudena. La profe que se ha convertido para mí en una amiga y a la que nunca estaré suficientemente agradecida (ya sé que cobras por las clases, pero sabes bien a lo que me refiero. Eres un encanto de persona). Espero poder invitarte a unas cañas pronto.

Y, bueno, gracias a todos, que habéis sido muchos, los que me habéis dado ánimos, habéis estado pendientes y habéis confiado en mí más que yo misma, como siempre... ¡No os quiero decir nada, este año tocan oposiciones, ¡ufff! Pero bueno, hoy toca darme un respiro. Especialmente, gracias a mi madre y a mi hermana, que ya se sabe que las confianzas, a veces, dan asco, y sois vosotras las que más pagáis mis días de "¡no puedo más!".

Ni siquiera sé si voy a tener la oportunidad de celebrarlo este fin de semana, porque las listas están  apunto de abrirse, como sabéis, y lo mismo me toca hacer maletas y ser engullida por la vorágine de la toma de posesión en el próximo e incierto destino. Por eso, al menos, dedicaros estas palabras: Muchas, muchas, muchas gracias. Aunque a ver si hay oportunidad de tomar algo, que bastantes fiestas me he perdido este verano.

Cuando he visto la nota me he puesto a temblar de pies a cabeza; os he dado la noticia a todos y, más tarde, me he ido a dar mi caminata diaria, aunque hoy, más que andar, bailaba y cantaba. ¡¡Lo he pasado genial!! ¡¡¡Dios, qué libertad!!! 

Y aunque la cabeza me pide marcha, el cuerpo me ha dicho "basta" cuando he llegado a casa, así que
hoy lo he celebrado de otra forma: me he preparado una infusión helada, me he puesto una mascarilla y me he preparado un baño de sales y aceies aromáticos (gracias, Rocío, ¡mira que huele bien ese aceite!). Luego crema hidratante y, por último, una cena ligera que, por fin, se ha quedado en mi estómago sin protestar.

La cama, que ya esta mañana había preparado con sábanas limpias, me espera y voy a aceptar su invitación en breves minutos. Esta noche dormiré a la luz de una vela que perfuma de canela mi cuarto, y mi Gea, compañera leal e infatigable, a mis pies, parece que nota mi cambio de humor. Ronronea tranquila pidiéndome caricias, así que os dejo, voy a darle mimitos, que también se los merece. 

Ya lo tengo todo preparado para ir mañana a la Escuela de Idiomas a solicitar mi título. Cuando pasen las oposiciones, volveremos a vernos las caras el Inglés y yo, que voy a por el C1 antes de que me lo exijan. Pero hoy, hoy levanto la cabeza orgullosa por mi B2  por libre, y conseguido en la Escuela de Idiomas (que ya sabemos lo que todo el mundo dice...).

Hala, buenas noches. Un abrazo a todos.

domingo, 6 de septiembre de 2015

MEJOR CREAR QUE IMAGINAR

No lo entiendo, yo es que  NO LO ENTIENDO. No entiendo el poder, no entiendo las guerras, ni las quiero llegar a entender, aunque sí sé que todas, todas ellas, son fruto de la desigualdad, de la corrupción, de la vulneración de derechos humanos... vaya, de eso que tampoco entiendo y que jamás entenderé: ¿Por qué algunos se empeñan en hacer daño a otros? Si es parte de nuestra genética para sobrevivir como especie, también lo es la capacidad para ir en contra de nuestra genética, así que más nos valdría gastar energías en eso. 

En fin, no voy a dar las claves de la guerra en Siria, que ya he dicho que no entiendo esa clase de caves, ni voy a contribuir al morbo que puedan sentir algunos deprabados colgando una vez más la foto del niño en la playa. Supongo que esa imagen ya ha impactado lo que tenía que impactar,  si ha removido estómagos y conciencias que sirva para algo más que lamentarnos y protestar por la tragedia. Me conmueve, como a muchos, ver la solidaridad de tantísima gente de a pie, que de la de los gobiernos me fio menos, siempre tarde y siempre porque no les queda más remedio, pero esta noche, la preocupación por mi próximo examen me ha dado un respiro, tan solo porque mis sueños se han visto invadidos por voces de niños y mayores luchando por entrar en un vagón de tren que les lleve lejos y los ponga a salvo. 



Admiro a la gente que ha abierto las puertas de su propia casa para acoger a una familia, supongo que también vosotros os admiráis de esto. Por mucho que nos justifiquemos con escusas varias por las cuales nosotros no podemos hacerlo, lo cierto es que la única gran verdad es que no somos tan generosos. Pero bueno, no nos flagelemos por eso, aceptemos nuestros límites y, simplemente, busquemos otra manera de echar un cable. Al menos esto es lo que yo he acabado haciendo esta mañana. Parto de la base de que uno solo no hace mucho, pero juntos podemos mover montañas. Por eso, aunque modestamente, esta mañana he hecho una donación extra a SAVE THE CHILDREN, organización con la que colaboro desde hace algún tiempo. Nunca lo he comentado porque una vez me enseñaron que de lo que hace tu mano izquierda no se debe enterar la derecha, pero, en esta ocasión, me paso por el forro lo que piense el resto de mi cuerpo entero. Creo que, además de contribuir con mi donación, lo mejor que puedo hacer es animar a otros a que hagan lo mismo, con ésta o con cualquier asociación que vosotros conozcáis que organice la ayuda para una gente que podríamos ser nosotros mismos, ¿o es que nadie se acuerda ya de nuetra propia historia? 

Además, quisiera hacer una última reflexión. Esto no es un problema puntual, ahora se necesita una ayuda inmediata para la supervivencia de estas personas, pero lo que viene va a ser largo... Les queda integrarse en países extraños, con una lengua que les será ajena y con unas costumbres que no serán las suyas. Y, ¿de qué estarán rodeados? Espero que la gente que ahora se muestra tan solidaria, lo siga siendo para no marginarlos tiempo después, cuando deban encontrar trabajo, cuando deban ir a nuestras escuelas. Ésa será la verdadera ayuda y ésa no se la podremos reclamar a los gobiernos, así que espero, espero con esa parte de mi corazón que aún conserva esperanza en nuestra humanidad, que todos pongamos de nuestra parte. Una vez más, IMAGINE, para que un mundo sin guerras, religión y fronteras sea posible.

Os dejo el enlace a SAVE THE CHILDREN desde el que se puede hacer una donación directamente, por si alguno lo desea.

SAVE THE CHILDREN 

Por otro lado, se me ocurrió también esta mañana aprovechar que tengo un montón de seguidores en CUÉNTALE UN CUENTO para animarlos a ellos también y les voy a enviar uno de mis cuentecillos no personalizados en el caso de que colaboren de alguna manera, así que lo dejo caer por aquí también, si hacéis algún tipo de contribución, comentádmelo y contad con este humilde regalo de mi parte. Dejemos de pensar "Ojalá pudiera hacer algo" y mejor, hagamos algo, por poco que sea.

sábado, 29 de agosto de 2015

"PIZZA & LOVE" Y UNA CLASE BAJO LA LUNA LLENA

¿Qué hacer cuando tu monitora preferida te envía una invitación muy ilusinada para asistir a una master class para dar la bienvenida al nuevo curso? Pues no te queda otra: vas. Y vas con la misma ilusión con la que ella te ha invitado, con todas las ganas del mundo por bailar con las antiguas compañeras, a pesar de que sabes que para ti no será una bienvenida sino un nuevo adiós. Sin embargo, aunque esta sesión de apertura no lo sea para ti ya que que no es nada probable que se repita mi destino en Órgiva, vale la pena volver, aunque sea para pocas horas. Vale la pena ser recibida con tantas ganas y pasar una noche entre amigas que se alegran igualmente de compartir esta jornada contigo. 

Así que bailé otra vez guiada por nuestra encantadora María, animada por su energía y contagiada de su entusiasmo. Orgullosa de no haber olvidado en estos dos meses casi ningún paso de las coreografías y sintiendo el sudor mezclarse con el aire mágico de la Alpujarra, un sudor alegre que hace brillar mi piel de verano bajo la Luna. Bailaba y, al tiempo, era capaz de bromear con mi ex-alumna que, como siempre, era mi ala izquierda; y giraba y miraba a esa Luna increible en el cielo que parecía decirme: "la vida te llama, todo puede ser y todo va a ser posible". Pensaba en mi próximo examen, convencida de que lo superaré, pensaba en mi próximo destino, que llegará a tiempo y será otra nueva gran experiencia, pensaba en que todo va a salir bien. Esto es cargarse las pilas. Y esto solo ocurre así en lugares como éste. ¡Qué gran privilegio sentir que ocurre! 

Pero antes, antes hubo recibimiento de Isa, que me abre las puertas de su casa igual que las de su corazón. Una amiga que llegó con el viento de este pueblo  y que me arrolló con su generosidad y su hospitalidad. Ella sabe, igual que yo, lo que ambas ganamos aquel día en el que esta aventura interina me llevó a Órgiva. Esta vez, el pueblo parecía festejar nuestro encuentro. En realidad es que la vuelta ciclista pasaba por allí, pero qué más da, la fiesta era para nosotras... Degustamos buenas tapillas y pedaleamos por una buena causa, y vimos lo que es bailar encima de una bicicleta. ¡Qué cosas hacen algunos!
No puedo evitar echarla de menos todos los días, aunque sé que siempre estará a la vuelta de la sierra.
Las despedidas lo son menos cuando sabes que otro encuentro llegará. Aunque antes de que guiñe la mañana, aún nos queda tiempo para sentarnos todas a cenar un buen plato de risas con provoleta y pizza, haciéndolas pasar con unas buenas jarras de cerveza, que se me antojan
el elixir de la amistad. No podían ponerle mejor nombre a este rinconcito culinario: Pizza & Love. La calle se ilumina de cariño con olor a orégano y leña. Un lugar para recordaros siempre. Os quiero.

lunes, 24 de agosto de 2015

SOBREVOLANDO EL PALMAR

¡Estoy hecha polvo! Pero ha sido un día tan estupendo que antes de descansar voy a hacer un último esfuerzo y voy a dejar aquí la pequeña muestra que sirva de recuerdo, como siempre. 

La verdad es que todo el fin de semana ha sido "guay", quizás porque ya me debo ir despidiendo por ahora de divertirme hasta que termine el p... examen de inglés, que ya no queda nada ... ¡¡Argggg!! El viernes tuve un día de playa muy "natural" en Cabo Pino, con mi amiguísima y a la noche, nos fuimos a "pecar" al Castillo Sohail, porque comer las delicattesen en cartuchitos que degustamos en el evento de vehículos reconvertidos en cocinas y terminar con ese "peazo" de gofre con nata y Nutella..., eso, eso, señores, es pecar, jajaja, pero, oye, ¡no pude ser más feliz poniéndome "morá" mientras escuchaba musica de los Beatles, que por si fuera poco gozo el entorno que ofrece el castillo y lo original de los "restaurantes", encima, el ambiente musical era retro. Vaya, me faltó arrancarme a bailar como una loca, pero mis tacones en el suelo inestable del lugar me obligaron a ser prudente, lo cual, sin duda, mi amiga agradeció.

El sábado, como no podía ser de otra manera, hice sesión doble de walking, que si bien no sé si sería suficiente para compensar la sobredósis de calorías de la nocha anterior, al menos, acalla la conciencia. Luego "spa", eso sí, porque yo lo valgo. Y luego, a dormir temprano para poder madrugar hoy...

Cinco de la mañana. Hora de enfundarme la ropa de deporte, echar las cosas de la playa al coche y esperar a mi madre. Me la llevo al Palmar de Vejer para darle mi regalo de cumpleaños. Ha sido una paliza de coche, ¡ufff!, pero ha merecido la pena. A las nueve de la mañana estábamos ya esperando para volar en Paratrike. Las previsiones meteorológicas no se han cumplido, por lo visto, y por poco el viento hace que no podamos despegar. Ha habido un momento en que ya estaba pensando que habíamos hecho el viaje para nada, pero, al final, ha podido ser y lo hemos disfrutado un montón. ¡Qué cortito se ha hecho! Yo me hubiera quedado allí arriba un buen rato más. Me da pena no haber hecho un vídeo desde las alturas, pero es que era la cámara o yo y, sinceramente, he preferido disfrutar a conciencia de esos minutos maravillosos. Y mi madre igual. Eso sí, desde abajo nos hemos grabado mutuamente para que quede constancia, que casi en seguida parece que ha sido un sueño.

Además, cuando el día continúa con más cosas, al final parece que lo que hiciste por la mañana ya es cosa del pasado... La cuestión es que esta breve excursión al Palmar ha servido de excusa para echar un ratito también con mi amiga Aurora a la que siempre me alegro de ver. Lo que me da pena es no haber tenido este verano la oportunidad de pasar un par de días juntas, pero bueno, hoy no ha faltado unas cañitas, un paseito playero y una sesión de fotos para que no olvidemos estos pequeños encuentros que no dejan de ser grandes. 

Nos despedimos de Aurora y Paco y ponemos rumbo a Vejer de la Frontera. Hemos decidido hacer algo de turisteo en ese pueblo tan hermoso repleto de rinconcitos encantadores y donde deberíamos comer más de cuarenta veces para probar todos los sitios que nos han llamado la atención. Al final, hemos elegido un restaurante encantador junto al mirador donde se nos ha hecho la
boca agua. Nada mejor que comer bien antes de ponernos de nuevo en la carretera para volver a Málaga. A pesar de tanto kilometraje, lo cierto es que, en esta ocasión no se me ha hecho demasiado pesado. Iba con mi madre dándome palique y muy, muy a gusto por un día tan perfecto. Ella ha disfrutado, sobre todo, lo sé, de pasar el día conmigo, y yo más por haber acertado con mi regalo. Te quiero mamá.

El postre lo hemos reservado para la despedida, así que al llegar a Benalmádena, nos hemos ido a una heladería del Arroyo de la Miel y hemos acabado a la italiana. ¡Mmmmm, buenísimos! 

Con la sonrisa que te deja un buen día en la cara, aún me han quedado ganas de darme mi caminata diaria y, ahora, por fin, tras la ducha de rigor, estoy cómodamente repantingada en mi cama con el oredenador sobre las piernas para dar cuenta de toda la jornada. Por cierto, aún sonrío.

viernes, 21 de agosto de 2015

LA ÚLTIMA CICATRIZ



Va siendo ya familiar recibir un correo electrónico informándome de que mi microrrelato ha sido seleccionado para el libro antológico que recogerá los mejores que se han presentado a concurso. No me voy a quitar mérito ni a desmerecer a otros que, como yo, han sido seleccionados, aunque tampoco tiro cohetes porque, total, ni me estoy presentando al premio Planeta, ni mi mayor ilusión es ganar un concurso. Lo que realmente me llama la atención de estas cosas es saber que alguien más que mis allegados y yo misma leerán algunas de mis cosillas. Los micros han resultado ser un formato que gusta por lo breve, aunque yo sigo siendo de las que se enrrollan como persianas, así que también es un buen ejercicio al que me está gustando engancharme. 

En esta ocasión, el tema que proponían los amigos de Diversidad Literaria era el romanticismo, así que, aquí os dejo mi micro al que titulé  LA ÚLTIMA CICATRIZ para el libro "PORCIONES DE ALMA". Unas líneas para recordar y recordarme que el amor es mucho más que los estereotipos románticos que nos tratan de vender siempre. Lo importante no es lo que se hace o se dice, lo importante es  cómo se hace y cómo se dice. 


LA ÚLTIMA CICATRIZ


Descubrió que las cicatrices pesan. Al menos, ésas que acaban abigarradas en las paredes del corazón. Las de rosas que tan solo se soñaron y velas en cenas que no se encendieron. Mas cuando su corazón  soporta sus latidos finales, sabe que nadie le dio más amor que el que limpia su último vómito con la misma silenciosa dulzura con la que la había besado cada día de su vida.

viernes, 7 de agosto de 2015

CAPÍTULO 9: CIBERLUAN: BUSCANDO LA AGUJA...







Sigue sin ser nada pretencioso, tan solo otra forma más de contar historias que no me caben en este diario, pero ella seguirá creciendo y yo cada vez soy más amiga de Luan.

CAPÍTULO 9

domingo, 19 de julio de 2015

SEÑALES DE VIDA



No pretendo andarme hoy con florituras verbales para intentar describir el concierto de anoche. Nada de lo que yo pueda escribir haría justicia a la poesía que derrama este señor en cada nota que resbala de sus labios, así que, tan solo quería hacer un pequeño apunte en este diario de momentos que no quiero olvidar para que cuando me relea, quizás, en unos años, me vengan al alma las sensaciones que me acompañaron en las más de dos horas y media del concierto de Aute que compartí ayer con mi amiga Rocío. 

Recordar que vivirlo con ella ha sido, como suponía, un gran acierto, pues, no debo olvidar que mi primer contacto con su música fue de la mano de ella. Por ahí sigue rodando aún el cassette aquel que me regaló con su selección de canciones preferidas , que habría reventado con los años de tanto escucharlo si no hubiera llegado el momento de pasarse a los CDs, el MP3 y los pendrives. No puedo olvidar las tardes de estudio  que se convertían en noche de tertulia en las que destrozábamos ( más yo que ella, por supuesto) un “Al Alba” que hacíamos nuestra y que en otras ocasiones me aseguró la sonrisa de mi abuelo, para el que éramos las mejores cantantes del mundo cuando pasábamos a visitarlo en el hospital, guitarra en mano, escapándonos de alguna tediosa clase en la facultad. 

Luego, llegó “Slowly”, que me devuelve a innumerables noches en Almería  revuelta entre las sábanas de una cama donde los sonidos de dos se mezclaban con las melodías tornándolo todo mágico, como en un sueño. Más tarde, una se despertaba y volvía a la realidad, pero eso no importa, porque con el tiempo, la realidad se desvanece y lo único que queda en la memoria es lo otro, la quimera. 

Anoche al escucharlo en directo (que para mí era la primera vez), me quedaba alelada a veces con la piel algo erizada porque más que nunca sentí eso que siempre he pensado de Aute, que canta caricias. Y es que la poesía  que escribe es bella, pero si además se recita con esa voz  y ese buen gusto que siguen imperturbables, entonces no queda otra que rendirse y simplemente disfrutar.  A pesar de ciertos indeseables que mostraron su mala educación demostrando que maleducados hay en cualquier rango de edad y a pesar de no estar en el auditorio más cómodo del mundo,  anoche disfrutamos de un estupendo concierto antológico que me ha hecho levantar esta mañana con una sonrisa en el corazón.


Agradecidas porque fuese un concierto de recuerdos, me parece que es oportuno devolverle a Aute el detalle dejando aquí de muestra una de las canciones nuevas, que, muy consciente de que el público que le acompañaba se quedó probablemente bailando “Slowly”, comentó que seguramente no la conoceríamos, pero que esperaba que dentro de algunos años también se la pidiéramos en los conciertos.  Yo la escuché el año pasado en mi primera sustitución después de mi maldita época de paro, de la mano de un compañero con el que compartí algunas horas muertas en la sala de profesores viendo videos y comentando las anécdotas que él guardaba de los conciertos a los que había asistido. Así que, una vez más, una canción de Aute se convierte en la banda sonora de un recuerdo maravilloso, porque aquella sustitución,  aunque corta, me supo a verdadera gloria. 


Mi amiga está a punto de despertar, hoy es otro día en el que tendré la suerte de su compañía así que no voy a gastar más segundos por aquí, que por más que me guste enrollarme escribiendo en  este blog, lo que más me gusta es lo que viene antes de que escriba: vivir este momento.  Ella lo merece… y yo también.