Si la amistad te ha traido por aquí, eres bienvenido para compartir mis momentos de tranquilidad, aquellos que podré dedicar a este diario, sin guión, ni intención.
Y si es el azar lo que ha hecho que aterrices con un click en este blog, bienvenido también: si llegaste y encontraste algo que te sirva, mejor.

lunes, 4 de marzo de 2024

CAMINANDO CON MI MADRE (SARRIA- SANTIAGO DE COMPOSTELA, FEBRERO, 2024)

El pasado 23 de febrero, mi madre y yo pusimos rumbo a Galicia para emprender juntas el Camino de Santiago.

Hemos hecho parte del "camino francés", las etapas desde Sarria. No ha sido fácil. Era arriesgado tratar de hacer el camino en febrero y, como era de esperar, ha llovido casi todo el tiempo. La lluvia constante del primer día me ha ocasionado una lesión en la rodilla. Sin darte cuenta, vas forzando la máquina por tratar de llegar antes debido a que no hace más que llover y no encuentras en esta época casi ningún refugio abierto donde descansar un poco a lo largo de la etapa; vas sorteando los charcos cuando ya llevan una cantidad considerable de agua y el terreno, ya de por sí irregular, se vuelve traicionero para unas piernas que no acostumbran a diblar constantemente en pos de no acabar como, a pesar de todo, acabamos: con el Miño dentro de las botas. El resultado ha sido un esguince leve en la rodilla derecha y sobrecarga en la contraria con el que he tenido que caminar en los días posteriores hasta que ya no pude más. Ahora no sé cuánto tiempo me va a costar recuperarme del sobre esfuerzo por querer caminar en esos días posteriores, sobre todo, dos días que no llovió y que quise aprovechar. Con todo, aunque no creo que más adelante a mí me apetezca volver a repetir esta gesta, no puedo arrepentirme. He caminado por los paisajes que imaginaba en aquellos días en los que escribía mis cuentos de hadas personalizados. He respirado la vida que lo invade todo cuando el
agua fluye con descaro y generosidad. Me he impregnado del verde de los musgos y helechos, de los robles y castaños que esperan a la primavera y de los eucaliptos que pretenden quedarse con todo. He saludado a las vacas que pastaban bajo la lluvia sin que aparentemente ésta les moleste  y a los caballos gallegos que desde hace miles de años cuidan el macizo Galaico sin ser conscientes de su fragilidad como especie. Por más que las fotos y vídeos que hemos hecho nos puedan servir de recuerdo, lo cierto es que lo que realmente te traes en el corazón no se puede fotografiar, ni tan si quiera expresar con palabras. Al menos, yo no puedo.
Al final de cada día, he tomado algunas notas para acordarme de algún detalle y he ido con ellas rellenando un pequeño cuaderno que diseñé y fabriqué con mis propias manos para esta ocasión. Ahora, podría remitirme a él para contar en este espacio ese diario. Sin embargo, sigue siendo insuficiente para contar lo que importa. Y lo que importa es la amabilidad de la gente con la que hemos interaccionado, como el taxista que me recogió el segundo día, José Ramón, cuando en la mitad de la etapa el dolor de la rodilla era ya insoportable, que esperó en el centro de salud a que me atendieran para luego llevarnos hasta el hostal de Palas de Rei sin cobrarme esa carrera. Al día siguiente, lo encontramos en Melide, en la cafetería de la pensión en la que nos tocaba alojarnos y pudimos invitarle a un "agüita", que ni un vinito nos aceptó porque seguía de servicio. Pudimos contarle que con los antiinflamatorios y la rodillera pude completar una de las etapas más bonitas del camino. Nos deseó que pudiéramos seguir igual la siguiente, pero nos ofreció en todo momento llamarle si lo necesitábamos. Carmen, quien nos sirvió en la pensión Berenguela, me proporcionó hielo para mi dolorida articulación y se encargó de contactar con el siguiente alojamiento que, al parecer, está regentado por familia suya, con lo que ya estaban al tanto de mi percance cuando llegamos. ¡Qué maravilla de lugar! La Casa Brandariz es un paraíso en medio del camino. Todo un lujo en el que disfrutamos de una atención maravillosa. Leyre, Eduardo y Bimba, la perra. Y Petra, una fisioterapeuta que, si bien no me podía quitar el esguince, alivió mis piernas sobre cargadas. Nunca olvidaremos la estancia en esa antigua casa de labranza del siglo XVI reconvertida en una magnífica casa de huéspedes. Las noruegas, dos niñas de 19 y 20 años que viajaban con la misma agencia. Apenas si hemos hablado con ellas, pero nos hemos visto en cada desayuno y en cada cena, así
que, a pesar de no haber entablado conversación con ellas, los guiños y saludos deseando un buen camino han sido suficiente. Al iniciar la última etapa ellas nos pidieron hacernos un selfie y, ya en Santiago, decidí devolverles el gesto regalándoles una pulserita que compré a juego con la que compré para mi madre y para mí misma. Sentí que ellas habían caminado ese día de intensa lluvia por ellas y por nosotras, que tan solo pudimos hacer los últimos cuatro kilómetros para entrar en Santiago caminando. Así se lo dije sin poder evitar emocionarme en ese momento, igual que ellas se emocionaron también con el pequeño regalo. Pues sí, la verdad es que el camino es emocionante. El sábado pasado, cuando ya por fin estaba en casa, con mis gatos a los que he echado muchísimo de menos y por los que estuve preocupada desde antes de emprender la marcha (que ésa es otra: la odisea de viajar teniendo cuatro gatos que nunca se han separado de mí, ni yo de ellos, que han debido trasladarse a una casa desconocida para ellos, que sin entender a qué vienen estos cambios han debido pasarlo regular, y yo, que sí lo sé, lo he pasado mal por ellos), cuando limpiaba los areneros que han utilizado en casa de mi madre, cuando puse la lavadora con la ropa del camino, cuando fui al súper para reponer mi nevera, cuando, por fin, me duché y me senté en mi sofá... no dejaba de tener un pellizco en el estómago; era como un vacío, no sé, tenía ganas de llorar y no sabía identificar la razón.
Ayer domingo, continuaba con esta sensación e incluso ahora que trato de analizarla escribiendo estas palabras, me vuelve a invadir. Son sentimientos encontrados, creo. Yo tenía un objetivo claro al proponerle este viaje a mi madre: quería compartir con ella estos días porque ella ha manifestado en muchas ocasiones el deseo de hacer un viaje conmigo. Ahora que ya no me retienen unas oposiciones que preparar, he sentido que era el momento de hacerlo y quería que fuese El Camino porque caminar es un gusto que comparto con ella. La dimensión espiritual de la peregrinación me parecía también ideal para compartirla con ella, que la vive intensamente. Y lo que yo deseaba es que durante el camino a mí me saliera ser más cariñosa con ella, que es lo que se merece. Mis sentimientos están encontrados porque, por un lado, he cumplido el objetivo de compartir con ella el camino y la oración, pero no creo que haya cumplido mi objetivo de ser cariñosa. Y supongo que me entristece, pero tengo
que asumir que no puedo ser lo que no soy. No me salen los abrazos que pienso y no me salen los "te quiero" que siento. Solo me salen las palabras cuando las escribo en soledad y no puedo más que seguir ofreciéndote mis sentimientos de esta forma. Ojalá sepas que cada paso que he dado contigo en este accidentado camino ha tenido esa última intención, que cada misa que he escuchado contigo te la he dedicado y que hasta cada silencio, tenía esa última intención. La vida que he elegido, teniendo cuatro criaturas a las que cuidar, me limita mucho el hecho de dejar mi casa por varios días. De hecho, he vuelto diciendo que no se me ocurrirá volver a viajar en mucho tiempo, así que, supongo que, por eso, he sentido como que no volveré a tener la oportunidad de hacer algo así contigo, por lo que, tal vez, la sensación de haber fracasado en mi objetivo de demostrarte mi cariño de otra forma en esta ocasión es mayor. Pero, bueno, supongo que tampoco hace falta un viaje para que se den oportunidades. Te prometo, mamá, que tengo la necesidad de quererte como tú quieres que te quiera. Pero si acaso me sigue saliendo tan mal (ya mi padre me decía "vacaburra" por algo), al menos, recuerda que, aunque no sea lo cariñosa que me gustaría ser, los sentimientos me van por dentro siempre. Siempre. Siempre.

 

viernes, 29 de diciembre de 2023

MISIÓN CUMPLIDA

     No quedan ni 48 horas para que finalice el año, así que no podía demorarme más en escribir si de dejar esta promesa cumplida se trataba. Y bien, ¡cumplida está!: papá, tu libro está publicado, la presentación fue todo un sentido homenaje en el que un buen puñado de gente que te quiso hizo posible que estuvieras de nuevo entre nosotros y toda la primera edición se ha vendido. Ahora, tus palabras vuelan solas y a saber a dónde llegarán. Ojalá que lejos.

  


 El uno de diciembre pasado nos invitaron a mamá y a mí a las instalaciones del CIMES donde hemos destinado los beneficios de esa primera tirada de ejemplares de "¿Dónde estás, papá?". Pudimos conocer el trabajo que allí se realiza y nos explicaron exactamente en qué se destinaría nuestra aportación. Se trata de un proyecto de investigación sobre biopsia líquida. ¿Te imaginas poder detectar un tipo de cáncer con tan solo un análisis de sangre? Y además, detectarlo de manera precoz, muy muy pronto, incluso anticiparse a las recaídas. ¿Te imaginas que estas técnicas sirvieran para dar un mejor y temprano diagnóstico e incluso hacer que los tratamientos fueran más personalizados y menos invasivos? Pues en esto están trabajando estos investigadores y en eso es en lo que nosotros hemos colaborado en esta ocasión. Nosotros y todos los que han comprado hasta ahora tu novela, por supuesto. 

   Para todos ellos, y para los que lo harán en adelante, dejo aquí la reseña que en la web del CIMES consta como recuerdo de nuestra contribución, que a su vez esperamos que sirva para llegar a más personas que quieran formar parte de esta causa a través de la lectura de tu libro, que me parece a mí una muy buena forma de hacerlo, ¿verdad?

    Como mi intención es seguir donando, os voy a recordar cómo podéis adquirir un ejemplar de "¿Dónde estás, papá?" a partir de ahora, ya que, como os dije al principio, ya se agotaron todos los de la primera edición que pudimos ofreceros de manera personal. Aunque ahora no seamos mi familia y yo quien os lo entregue, tan solo tenéis que hacer vuestro pedido cómodamente on line y os lo llevarán a casita en un pis pas. Tenéis varias opciones, pinchad en la que prefiráis:

  • A través de  EXLIBRIC,  nuestra editorial.
  • A través de AMAZON.
  • A través de  AGAPEA.
  • A través de TODOS TUS LIBROS, donde además de poder hacer el pedido on line, puedes, si lo prefieres, encargarlo en una de las librerías físicas asociadas. Solo accede desde el link y pincha en "Ver disponibilidad" para localizar una librería cercana a tu localidad. 
    Y si ya tienes el tuyo, no olvides que REGALAR también es una gran idea. 

    Para terminar:

    Como novata que soy en esto de publicar un libro y como hija orgullosa de su padre, me hace mucha ilusión ver escritas reseñas de la novela, así que también quiero compartirlas con vosotros:
  • Ésta es una opinión que he encontrado en "Todos tus Libros".






   ¡¡Gracias!!

    




domingo, 19 de noviembre de 2023

RECORDANDO LA PRESENTACIÓN DE "¿DÓNDE ESTÁS, PAPÁ?"

 A poco de que se cumpla el mes desde que presentamos oficialmente el libro de mi padre, "¿Dónde estás, papá?", encuentro un buen momento para escribir un poco sobre cómo fue el evento.

Creo que todos los que estuvimos podemos decir que, sin duda, la palabra que mejor resume cómo fue es EMOTIVO. La presentación del libro fue todo un homenaje a mi padre. Realmente ése era mi deseo y creo que se cumplió con creces, gracias a la asistencia de personas que lo conocieron, lo trataron y lo quisieron. Gracias a todos por esa asistencia, nos sentimos muy acogidos.

 Especialmente, gracias a los que intervinisteis, a los que me trajisteis vuestros recuerdos y me los regalasteis. De verdad, sentí muy vivo a mi padre esa tarde.
Aquí os dejo un par de imágenes de estos regalos (aportados por Juan Balebona). 

A la izquierda, un ejemplar del periódico o boletín mensual de la Asociación de Vecinos "Pablo Picasso" de la barriada de Jardín de Málaga, en la época en la que mi padre fue su presidente. 


Abajo, el montaje original del concurso del Torneo de Dominó que tuvo lugar en la Torre Aragón (nuestro bloque), durante el mes de agosto de 1984.

También quisimos, y así fue, una ocasión para homenajear a mi madre, sin la cual nada, absolutamente nada, hubiera sido posible, ya que sin ella a su lado, mi padre no podría haber escrito esta obra. 

Gracias, una vez más al colegio de mi vida. Gracias a "La Goleta" por cedernos su salón de actos y dejar que, después de tantos años, sea de nuevo la Virgen Milagrosa testigo de este momento tan importante en mi vida. 

Gracias también, cómo no, a Antonio Ortega, por acompañarnos en representación de la editorial Exlibric. No me voy a cansar de decir lo buena que ha sido y está siendo esta experiencia de vuestra mano.

Y gracias a Rocío Lavado, por partida doble: por acudir en calidad de amiga, como siempre lo has hecho en los momentos clave de mi vida, desde que te conozco; y por hablar como hablaste, en nombre de tu Laboratorio, explicando tan bien y tan facilito eso tan importante que hacéis.

Aquí un "chiqui- resumen" del encuentro en vídeos. Lamentablemente el audio no es el mejor del mundo, pero no quiero por ello no incluirlo, pues no quiero jamás olvidar esto.


PRESENTACIÓN 20 DE OCTUBRE, 2023


Momento dedicado a nuestra madre:


Momento en el que comenzó lo mejor: la interacción con los asistentes...


En fin, si como muestra vale un botón, ahí lleváis una buena cremallera...
Se queda mucho grabado y guardado en mi Drive, pero sobre todo se queda muchísimo grabado y guardado en mi corazón. 

Ya se han vendido todos los ejemplares de la primera edición y estoy con los trámites para hacer esa primera donación con la que queremos colaborar en la lucha contra el cáncer, pero ojalá el libro se siga vendiendo y el año que viene pueda contaros que podemos hacer una nueva aportación. 

No hacen falta excusas para regalar un libro, pero ahora llegan las fiestas navideñas, así que, por si te hace falta una excusa, qué mejor que la Navidad. Si ya tienes tu ejemplar, regala otro a alguien. Y si aún no lo tienes, no lo dudes: lee las reflexiones de mi padre y colabora al mismo tiempo con una buena causa.

Te dejo el enlace directo para adquirir el libro desde la web de Exlibric.

jueves, 21 de septiembre de 2023

YA A LA VENTA: "¿DÓNDE ESTÁS, PAPÁ?"

 “¿Dónde estás, papá?” es más que un libro; es un viaje emocional que trasciende las generaciones. Escrito en 1987 y rescatado más de tres décadas después, este manuscrito guarda los pensamientos y sentimientos de un padre, plasmados en palabras que cobran nueva vida en las manos de su hija. En un día crucial para la nación (el 23 de julio de 2023, día de elecciones), la hija finaliza la transcripción de la obra, preguntándose si este acto es un guiño del destino o una conexión trascendental con su padre.


La historia nos lleva a reflexionar sobre los lazos familiares, el paso del tiempo y las decisiones que modelan nuestro futuro. ¿Es posible encontrar respuestas en las palabras de alguien que ya no está físicamente con nosotros? ¿O es acaso la búsqueda misma la que nos da sentido?


Este libro es un tesoro para todos aquellos que buscan entender las complejidades de las relaciones familiares y la impermanencia de la vida. Atrévete a abrir sus páginas y encontrarás no sólo las palabras de un padre, sino también las respuestas a preguntas que tal vez ni siquiera sabías que tenías.”



































Ésta es la sinopsis que mis editores han realizado del libro de mi padre que hoy ya está a la venta. Acompáñame en este capítulo de "Batiburrillo" y de "Día a Día" para saber un poco más de la aventura que ha sido publicar esta obra…


Antes que nada, quiero deciros que el deseo de publicar este libro de mi padre es algo compartido por toda la familia. Era algo que mis hermanos, mi madre y yo queríamos hacer desde hace muchísimo tiempo. Luego, vino mi promesa: hacer este deseo realidad en el momento en el que consiguiera mi plaza en el cuerpo docente de secundaria y bachillerato. Y, aunque la cosa se ha demorado más de lo que hubiera querido,  por fin llegó el momento y este verano he podido embarcarme en esta tarea.


Quiero agradecer  a mis editores la ilusión con la que han acogido este proyecto. Decidí publicar con Exlibric por ser una editorial malagueña:  están en Antequera. Quería tener la posibilidad de conocer personalmente a la gente en la que iba a depositar mi confianza y no me he equivocado. Vuestro trato ha sido en todo momento profesional y familiar a la vez. Me emocioné con la valoración que Rocío Giménez hizo de la obra, que fue el pistoletazo de salida para empezar a hacer realidad este sueño. Cuando Carlos (Torres) se reunió conmigo para hablar del contrato, no podía dejar de sonreír. Disfruté de la visita a vuestras instalaciones y allí, por fin, le puse cara a Carlos (Rodríguez), que es, sin duda el que me ha acompañado hasta ahora en todo el proceso, enviándome las primeras pruebas de maquetación, etc. 


Un momento especial ha sido, para mí, cuando Carlos me envió las opciones de cubierta para que eligiera. En esa cubierta ya se veía impresa la sinopsis que os he leído y, no sé, supongo que leer algo que otra persona, al margen de mi propia familia o yo misma, ha escrito sobre el libro de mi padre me ha hecho latir fuerte el corazón. 


Me fui con esa energía a caminar esa mañana por el paseo marítimo y mirando al cielo nublado y al mar, como en la misma portada del libro, me dije que esté donde esté mi padre ahora, volverá a tener voz en el mundo gracias a este libro. 


No sé cuántos te escucharán, papá, ni cuándo exactamente, ni dónde, pero ese misterio forma parte de la belleza de publicar un libro. Como soñar es gratis, quisiera soñar que este libro será leído primero por mucha gente que te apreciaba y que esa gente querrá, tal vez, incluso regalar un ejemplar a otras personas, y que entonces te leerán desconocidos que podrán dejar de serlo. Tal vez, reciba sus mensajes en ese rinconcito que he preparado para recibirlos y pueda leer sus opiniones o sus sensaciones, o sus anécdotas. No sé, tal vez acabe conociéndote de una forma nueva a través de ellos. ¿No te parece bonito? Yo creo que sí que te gustaría. Y ése es el ánimo con el que, desde un principio, decidí ponerme manos a la obra. Por ti, y para mamá. 


Estoy ansiosa por ver a mi madre con su ejemplar entre las manos. Espero, mamá, que disfrutes de volver a leer el libro, pero ya hecho libro de verdad. Que aunque ya te sabes la historia, nunca la has leído de esta manera. Y, desde luego, espero que lo poco que hay dentro que no conoces, lo recibas con el amor con el que está hecho para ti. También tú estás invitada a dejar en esa biblioteca virtual aquello que te apetezca decir. Que tus recuerdos enriquecerán sin duda ese espacio. Te queremos infinito, mamá, aunque en demasiadas ocasiones no sepamos hacer justicia a ese sentimiento.


Quiero dar las gracias a mis hermanos por permitirme hacer esto posible de la manera en la que he considerado que es mejor. Decidir que los beneficios de la venta de esta obra sean para contribuir a la labor del CIMES, el Centro de investigación medico sanitaria de Málaga, en su empeño de buscar mejores métodos de diagnóstico y tratamiento del cáncer, no ha sido casual. Creo que nuestro padre era una persona generosa y altruista, que lo demostró en numerosos momentos de su vida y que se sentiría orgulloso de nosotros por hacer que, de esta manera, pueda demostrarlo una vez más. Creo que mi madre es, del mismo modo, otra persona volcada en ayudar a todos los que la rodean, por lo que, al contarle cuál era mi intención, no dudó de que era la mejor forma de poner en valor la historia de este libro. Pero no podía haber sido así si mis hermanos no lo hubieran aceptado. Y debo decir que, de hecho, mi hermano pretendía que el libro se distribuyera de forma totalmente gratuita, con la intención de que las reflexiones de mi padre fueran compartidas como si de un  software libre se tratara. De tal palo, tal astilla, no me diréis… 


Bueno, nene, yo creo que, con un poco de suerte, a papá lo leerá mucha gente, y ese precio justo al que mis editores y yo hemos llegado, servirá para algo muy bueno. Así que espero que te sientas orgulloso de ser parte de esto. 


Cuando hablo de familia, casi siempre me refiero al núcleo interno de la misma, mi madre y mis hermanos, pero, en esta ocasión, sin pretender desmerecer a otros miembros, me refiero también a mi tío Luis. Tito, te quiero dar las gracias por estar junto a nosotros. Tengo recuerdos de ti desde que era una enana, ésos muchos más felices que aquel en el que nos levantaste de la cama para que fuéramos contigo al hospital, porque había llegado la hora. Pero, así es como se conforma el cariño duradero, cuando pasa el tiempo y te das cuenta de que una persona forma parte de tus recuerdos en los momentos buenos y también, sobre todo, en los malos momentos. 


La publicación de este libro también es para ti. Poco sé de las millones de anécdotas que tienes con mi padre, pero sí sé bastante del amor de hermanos. Fuiste un gran hermano para mi padre; yo diría que mi madre te quiere como a tal,  y eres un gran tío para nosotros. Te queremos.


Antes de terminar este capítulo, quiero agradecer, sin duda, a mi amiga Rocío Lavado y al resto de su equipo, dirigido por el Dr. Emilio Alba, la labor que desempeñan en el Laboratorio de Biología Molecular del Cáncer del CIMES. Me llena de orgullo y satisfacción (como diría Aquél) que “¿Dónde estás, papá?” esté vinculado, aunque sea de una forma muy pequeñita, a ese gran trabajo que hacéis. Contigo, Rocío, he llorado mucho la pérdida de mi padre en aquellos años de facultad. Tú lo conociste. Me dio la sensación de haber puesto la última pieza de un puzzle cuando, al hablar contigo, supe que el Laboratorio en el que investigáis vosotros debía ser el beneficiario perfecto de mi deseo, del deseo de mi familia.


Amigos, conocidos y desconocidos, gracias por escuchar este capítulo de Batiburrillo “¿Dónde estás, papá?”. Animaos a adquirir un ejemplar de este libro a través de la web de Exlibric: Estoy segura de que no os dejará indiferente su obra. Gracias por leerle a él y gracias por escucharme (o leerme) a mí.





domingo, 10 de septiembre de 2023

BRINDIS POR IRENE Y JOSE

 Ayer fue la boda de mi hermana y Jose. Este post es solo para dejar aquí el brindis que les dediqué, para que puedan tenerlo y leerlo de nuevo cuando quieran. No obstante, voy a aprovechar para dar las gracias a mi madre, por ser el sostén de toda mi familia, por acoger a Jose como lo ha hecho desde el minuto cero, que no por hacerlo fácil tiene menos mérito. Gracias también por aceptar mi beso después de haberte "obsequiado", una vez más, con las consecuencias de mis tensiones y gracias por tu beso en un momento cualquiera de la boda, solo porque sí. Por más que sea lo menos cariñosa del mundo, siempre los aprecio.

También quiero dar las gracias a mi tío Luis, el padrino. Ya sé que mi hermana lo ha hecho y estará, de hecho, agradecida toda su vida por aceptar llevarla al altar. Te aseguro, tito, que no podía ser de otra manera. Y ya te dije ayer que te libras de otra porque yo no me voy a casar nunca, pero si no, ya sabes que te tocaría repetir el paseillo. Te queremos, de todo corazón.


Y, bueno, también quiero dar las gracias a alguien que ayer acompañó a mi corazón. Gracias, Francis. Ayer te necesitaba y no pudo ser más perfecta tu forma de hacer que me sintiera bien en todo momento. Cuando llegué a casa me sentía muy afortunada de tenerte como amigo. Y, aunque no es que quedemos mucho, te juro que lo siento así desde hace ya muchos años. No me quiero poner muy cursi, pero siempre eres como una brisa fresca. Hasta cuando me regañas, lo eres, porque es tu cariño sincero lo que mueven tus apreciaciones. Te quiero, amigo.


Dicho esto, Irene y Jose, os dejo aquí las palabras que ayer compartí con vosotros delante de todos, los muchísimos, que quisieron estar junto a vosotros en vuestra boda. 


"Bueno, chicos, por fin ha llegado el día.

Aquí estamos, celebrando vuestra boda.

Ya podéis relajaros y dejar que estas horas pasen disfrutando sin preocuparos de más organización, preparatorios, bla, bla bla. ¡Amén, qué alivio! Brindo por eso.

Pero también quiero brindar por algo más.

Quiero brindar por vosotros, para desearos toda la felicidad que ya os toca.


Me parece que nadie me negará que si cada uno de los que estamos aquí pudiéramos pagaros en “monedas de felicidad” tan solo una décima parte de lo que vosotros habéis contribuido a la nuestra en algún momento de nuestras vidas, entonces seríais mucho más que millonarios.


Por narices tenéis que ser una pareja afortunada siendo como sois, tan solo con teneros el uno al otro. Pero yo espero además que todo el Universo se alinee de una vez para que vuestro viaje a partir de hoy sea tan liviano como navegar con el viento de popa y sin grandes tormentas que superar.

Jose, le vendiste la moto a mi hermana… y ha sido una de las mejores ventas de tu vida, ¿a que sí?

Eres una BUENA PERSONA. Es una breve frase, pero creo que es realmente lo que te define. Y aunque sea breve la frase, significa mucho si es verdad. Cuida a mi hermana. Cuidaros mutuamente.

No deis por sentado el amor y el respeto del otro. Tanto una cosa como la otra hay que ganárselas cada minuto de cada día. El amor debe ser un trabajo a tiempo completo. No lo olvidéis.

Eso sí, es un trabajo puramente vocacional, por eso siempre es grato, aun en los días en los que no apetece tanto trabajar.

Irene, ¿qué te digo que no te haya dicho ya en estos 48 años que llevamos conociéndonos?

Desde 1975 has sido mi hermana, pero recuerdo perfectamente el año en el que nos convertimos en AMIGAS. ¿Te acuerdas de Pinarillos´89? En aquel campamento de verano entre maños muy locos supe que nunca más podría pensar en ti sin sentir que eres mi mejor amiga.

Solo espero que tú sigas sintiéndolo también así el resto de los años que nos regale esta vida.


Quiero verte sonreir y compartir tu felicidad, pero también seguiré estando muy cerca cada vez que necesites un pañuelo (o un saco de boxeo, lo que sea más necesario…)

En fin, no pienso sacar aquí la lista interminable de anécdotas compartidas. Cuando ya es tan larga, en vez de hacerme reír, me hace pensar que vamos teniendo una edad…

Prefiero pensar que todavía queda mucho hueco en el folio para anotar historias nuevas.

Sé feliz en este capítulo que empiezas hoy con Jose. Que, a decir verdad, tampoco es que el día de mañana vaya a ser distinto al de ayer solo por haber cambiado hoy vuestro estado civil, ni tampoco porque ahora ya no estéis viviendo en pecado (creo que a Dios eso ya no le interesa mucho).

Pero bueno, sí sé que la ILUSIÓN es importante y eso es lo que hoy habéis querido compartir con todos nosotros. Eso sí es lo que marcará la diferencia.

Ojalá nunca perdáis la ILUSIÓN  de este día.

Por vosotros. Felicidades.

Esther."




domingo, 20 de agosto de 2023

EL "NUMBER ONE" DE LA FELICIDAD

 Ayer leí un artículo de estos que últimamente te encuentras por todas las RRSS hablando sobre las  cinco claves de la felicidad. A mí este tipo de psicología enlatada que pretende solucionarte la vida haciéndote una lista como si de los mandamientos divinos se tratara, me enfada sobremanera, pero como volvía a estar insomne, me picó la curiosidad sobre cuál sería esta vez el TOP TEN, bueno, TOP FIVE, que todavía tiene más mérito, de la FELICIDAD.


¿Te apetece saber cuál de ellas es la “número uno”?  Quédate conmigo. Hoy en BATIBURRILLO y  en DÍA A DÍA, "EL NUMBER ONE DE LA FELICIDAD".



Debo decir que el artículo tenía más razón que un santo. Claro que no decía nada que no fuera tan obvio que me parezca a mí relevante como para ser motivo de interesante lectura. No obstante, no es mi intención destriparlo. Critico las listas que pretenden ser una receta infalible para conseguir la felicidad porque, la mayoría de las veces, se convierten en sí mismas en un motivo de infelicidad. A menudo, casi de manera inconsciente, el lector interpreta la lista como los criterios de un examen y, conforme lee y observa que no  cumple alguno de esos ítems, va quitándose puntos hasta darse cuenta de que está suspenso en felicidad, así que, lo más probable es que finalice la lectura más desanimado de lo que empezó. O sea, más lejos aún de esa ansiada felicidad.


Pero dejando un poco de lado mi crítica a las listas lowcost, me voy a quedar con o que a mí me pareció el mejor de los consejos para ser feliz: “No hagas aquello que no quieras hacer de corazón”.  Mmmmmm, claro que sí, elemental, querido Watson.

Justamente llevo todo el verano sufriendo una ansiedad que no correspondía con el estado de felicidad en el que debería estar sumida tras haber obtenido mi plaza y el motivo no es otro que incumplir este gran mandamiento.  Pero, vamos a ver, alma de cántaro, ¿es que de verdad se puede no hacer cosas que no quieres hacer?


Que conste que, como ya he dicho, estoy totalmente de acuerdo con las claves de ese artículo, pero es que me parece una utopía. Sobre todo, porque se enfrenta a otra de las claves de la felicidad que propone el mismo artículo, que es socializar. Desde mi punto de vista y sobre todo desde mi experiencia, ser un ser sociable y no hacer cosas que no deseas realmente de corazón son dos trenes enfrentados en la misma vía a toda leche: una catástrofe inevitable.

Cuando eres consciente de que te hace falta crear vínculos con otras personas para sentirte bien, también compras el paquete de hacer cosas a veces por esas personas que no te apetecen demasiado o incluso nada; y si descubres que cuantos menos gestos para cumplir con los deseos de otros, mejor estás, también deberás asumir que eso implica tener cada vez menos vínculos con otros.  Bueno, también está la opción de ser un “jeta”, que supongo yo que realmente es la verdadera clave, pero que como no queda bien, no lo dicen así en los articulitos estos: me refiero a ése o ésa que se las da de peazo amigo/amiga, que sin haberse pringao en nada aparece en el último momento y su sola presencia ya le vale la medalla porque, como era casi imposible que estuviera allí, estarlo ya es motivo de agradecimiento infinito, pero la fiesta ya estaba montada, la mudanza ya estaba hecha o el regalo ya se había ido a comprar por otros… No sé si me explico. ¿Tú conoces a alguien así? ¡Yo seah!


Como yo suspendí en primero de jeta y me quedé repitiendo el curso hasta que me echaron por imposible de esa escuela, resulta que, según el artículo que me ha hecho tanto reír esta madrugada, yo jamás de los jamases seré feliz. Pero como no me da la gana de que me echen de la escuela de la felicidad, mejor escribo al respecto, que es mi modo de mandar a la mierda lo que fastidia. Y mirad, esto sí que es un GRANDÍSIMO CONSEJO PARA SER FELIZ: MANDA A LA MIERDA ALGO DE VEZ EN CUANDO,  que sienta de cojones.


Por más que, poco a poco, he ido reduciendo el número de personas por las que renunciaría a hacer SOLO lo que me salga del corazón en cada momento, nunca consigo dejar el marcador a cero. Siempre hay, afortunadamente, alguien en tu vida que merece que no solo hagas lo que te nace, sino que también haces no que no te nace desde un principio, porque te nace hacerlo por ser ese alguien quien es. 

Pero, ojo, una cosa es eso, que con relativa facilidad encajas porque sabes que te hace feliz el mismo esfuerzo, ya que, repito, esa persona es de tus elegidos que lo merecen, y otra es caer en trampas. Sí, sí, en trampas….Os voy a contar una historia.


 Érase una vez una chica, como tú o como yo, que cada vez es más feliz porque a lo largo de su vida, ha ido superando etapas, consiguiendo con mucho esfuerzo lo que ha creído que realmente deseaba. Por el camino se dio cuenta de que su definición de felicidad era su paz. Conseguir aquello que le reportaba paz en cualquier aspecto vital, era ir por el camino correcto. De hecho, puede decirse que vio claramente un buen día que la felicidad no era su meta, sino que la felicidad era recorrer ese camino de baldosas amarillas limpio de obstáculos que ocultaran esos dorados adoquines. 

Por esta razón, no de la noche a la mañana, pero sí con el devenir de los tiempos, fue dándose cuenta de que debía de desprenderse de deseos materiales que no hacían más que generarle ansiedad. Se dio cuenta de que lo que la hacía infeliz no era no tener ese objeto de deseo, sino el desearlo y no poder tenerlo. Se empezó a preguntar sobre la necesidad real de aquellos objetos y al realizar un análisis honesto, pudo llegar a la conclusión de que, la mayor parte de las veces, sino todas, la única necesidad que observaba no surgía hasta que no se comparaba con otros que los tenían.  

Cuando fue consciente de esto, dejó de desear con tanta avidez esos objetos. De repente, barrer esos deseos de su camino de baldosas, no solo le daba paz, sino que, para colmo, le reportaba  poder: el poder de estar por encima de banalidades a las que otros están esclavizados. Se sentía en paz, libre y poderosa.

Luego que hizo la primera limpieza de objetos, aprendió que barrer es un trabajo que nunca debe dar por hecho. Siempre iban a volver a asaltar su camino dorado mercachifles tratando de venderle necesidades que no tenía, pero cuando el barrer de una buena mañana se convirtió en un hábito, le resultaba más fácil no dejarse encandilar.

Luego tuvo que aprender a hacer una limpieza más difícil: la de la gente. Al principio creía que cuanta más gente estuviera con ella en su perfecto camino de oro, más felicidad tendría, pero se dio cuenta de que mucha de esa gente, lo único que hacía era ensuciar su sendero. Que no sabía muy bien cómo lo hacían pero que, en las partes llanas, siempre estaban, pero, en las cuestas, cuando necesitó ayuda para subirlas, por más que miraba, siempre se le perdían la mayoría.

Así que, pensándolo bien, se dijo que no perdía nada por dejar de esforzarse en ayudar a esa gente a subir sus cuestas. Lo más que podía pasar era que dejaran de estar presentes en las rutas gozosas. Y así fue, con el paso del tiempo, se dio cuenta de que estaba bastante más sola incluso en los tramos donde antes habría estado su camino lleno de gente para celebrar sus logros. 

Aunque, curiosamente, no se sintió más sola. Lo que ocurrió fue que pudo dedicar más tiempo de calidad a disfrutar con la gente que quedaba para celebrar. Eran celebraciones menos ruidosas, pero se escuchaba mejor la música. Y, por otra parte, eran menos las veces que tenía que apartarse de su camino para ayudar en las cuestas de los otros.  Y, por si fuera eso poco, se sintió más poderosa aún al jactarse del valor de las personas que aún quedaban en su vida. Así que comprendió que esa limpieza también había sido útil: más en paz, más libre, más poderosa y más, mucho más feliz.


Como ya hizo con los objetos, analizó la verdadera necesidad que tenía de cada una de las personas que había querido tener a su lado. Entendió que el amor no es un acto incondicional, como le habían tratado de meter en la cabeza: que el amor de uno se lo tienen que merecer, no es algo que se regale sin más.

 Sobre todo aprendió que el amor, bien entendido, empieza por uno mismo y que por esa razón, si aceptas que te traten mal en respuesta al amor que tratas de dar, solo consigues devaluarte y te desmerecerán. Así que no, dejó de medirse por el amor que creía poder ofrecer, para empezar a dedicarse el amor que creía merecer así misma. Tan solo tuvo que limpiar cada mañana bien su espejo, hasta ver en el reflejo su prioridad: su paz.


Pero, como ya os he contado, tras su selección natural, afortunadamente aquella chica contaba con personas que nunca se habían ocultado en las partes duras del camino, que se congratulaban de sus logros y estaban dispuestas a celebrarlos con ella y que respondían a su amor con el mismo amor. Por esas personas, le nacía hacer cosas hermosas, pero también haría lo que no le apeteciera si lo requerían. Tan solo por hacerlas felices. Porque si algo les hiciera felices, también compartiría esa felicidad, así pues, aunque no hubiera muchas personas de esa clase en su vida, no fallaría. 

No obstante, recientemente se ha dado cuenta de algo que lo complica todo si no se anda con cuidado. Alguna de esas personas, tienen en sus propios caminos muchos obstáculos que no han barrido y, sobre todo, mucha gente ruidosa de la que no ha aprendido a desprenderse, de la clase jeta.  La clase jeta tiene una gran habilidad como ya he contado de desaparecer en las cuestas, pero también tienen otra habilidad aún más interesante, es de quinto de jeta, por lo menos, que es hacer que alguien que ha seleccionado en su camino a esa persona en común, crea que debe ayudar en esa parte de la cuesta soportando la carga de dos, aunque esa carga sea una necesidad generada de manera superflua por la jeta. 

Sé que os hecho un lío con tanta metáfora, pero vaya, os lo simplifico: la jeta de turno tiene la ocurrencia de hacer algo que cree que su amiga X, a la que llama del alma, necesita, cuando en realidad, no lo necesita en absoluto. La jeta se lo cuenta a la amiga Y, sabiendo que, para esta última, es imposible decir que no si se trata de cubrir una necesidad de la amiga X , a la que ella tiene como una de sus pocas personas preferentes. Como consecuencia, la amiga Y se hace cargo de todo, sin recibir ya más ningún apoyo de la jeta, que plácidamente esperará al último momento para aparecer y llevarse el amor y agradecimiento de la amiga X por haber cubierto una necesidad que ni siquiera sabía que tenía.  


Lo que ocurre es que la amiga Y, esta vez, ha tenido que pararse a analizar la situación porque la paz de su camino de baldosas amarillas se estaba poniendo en grave peligro. Ha vuelto a sentir una ansiedad que no le correspondía y teniendo ya el buen hábito que tiene, ha llegado a la conclusión de que este no es uno de esos momentos en los que le corresponde a ella desviarse de su camino para ayudar en ninguna cuesta de nadie, es más, cree que efectivamente, ya lo ha hecho, de otras maneras en este trance; pero, cargar con los antojos propuestos por la jeta, no. Eso, si esta persona quiere, que lo haga ella. Hoy se ha dado cuenta de que incluso puede colaborar porque pudiera resultar agradable para la amiga X, pero una cosa es colaborar y otra cargarse ella con el trabajo de las dos, así que, considerando que en nada ayuda a X si ella siente ansiedad, ha decidido no dejarse llevar por los subterfugios de jeta. Esta vez, si tan amiga de alma es, que se lo curre ella solita.  Que no es a jeta a quien tiene que ayudar, que es y siempre será a X.

¿Qué cómo termina esta historia? Pues no lo sé, en ello estamos. Esta madrugada que, como digo, he llegado al punto álgido de ansiedad de este verano, he salido a caminar a las tres de la mañana, desesperada por no poder dormir y, durante las dos horas que he estado calmando a base de cardio mi cabeza, he llegado a la conclusión de que mi ansiedad estaba provocada por haberme creado la obligación de hacer por alguien algo que no me nace del corazón, y que esta ocasión sí es una de las que perfectamente puedo, Y DEBO, no hacerlo. Porque ese alguien no lo necesita, ni me lo ha pedido y porque, aunque pudiera ser de su agrado, es otra persona quien lo ha ideado, pero que luego, se ha quitado de en medio, así pues, lo lógico es que, si le nace a ella, que lo trabaje ella. Que yo con gusto me sumaré a lo que organice, pero no seré yo quien se cargue con más estrés, que, para colmo, me hace parecer que tengo afán de protagonismo, que incluso así lo ha insinuado. 

Por lo pronto, le he escrito para informarle que rehúso seguir organizando sus ideas por la ansiedad que el poco apoyo recibido me está generando, y que delego en ella, que para algo fue su ocurrencia inicialmente. 

Han pasado más de diez horas y no tengo el gusto de que ni si siquiera se haya dignado a contestarme, así pues, me ratifico en mi decisión y en la percepción que de esta persona, como graduada en "jetalandia", ya me he hecho.


jueves, 3 de agosto de 2023

QUÉ TRISTE ADIÓS (12 julio- 01 agosto, 2023)

 


El 12 de julio me desperté con un mensaje en el grupo de VOLUNTARIOS GAB por el que supe que había que asistir a una camada de cuatro gatitos recién nacidos que, al parecer, habían sido abandonados por la mamá.



Como estoy de vacaciones, sabía que tenía el tiempo necesario para dedicarme a ellos y, aunque me daba  bastante miedo por mi inexperiencia con lactantes, no me hizo falta mucho para decidirme a intentar cuidarles y salvarles. Nos repartimos el trabajo entre dos compañeras. María se hizo cargo de dos y yo de los otros. Además, María, que es toda una experta, me asesoró sobre cómo tenía que proceder para tener más oportunidades de éxito.


Tal vez, sabiendo lo difícil que es que salgan adelante, no debí ponerles nombre a los dos chiquitines que acogí, pero pensé que lo primero que tenían que tener estos dos pequeñines para tener más posibilidad de sobrevivir, era mucho amor. Por eso, debían dejar de ser solo dos gatitos más, debían ser MIS gatitos, con su identidad bien definida para nunca olvidarlos. Cloudly, gris, me recordó a un día nublado; y Sunny, pelirrojo, por el contrario, sería el día soleado que nace cada día de verano.

Pero el amor no es suficiente. Esto es lo primero que te recuerda y te enseña cuidar de algo tan delicado: que por mucho amor con el que emprendas la tarea, no tienes asegurado que vaya a salir bien. 

Cloudly, aguantó una semana. Sunny se ha ido al cumplir la tercera. Tampoco han sobrevivido sus hermanos a cargo de María. Sospechamos que, desgraciadamente, nacieron ya con algún problema, genético o vírico, que ha ocasionó el abandono de su mamá y el fatal desenlace a pesar de nuestros esfuerzos.

Aunque desde el principio sabíamos que esto era una posibilidad muy probable y que debía estar preparada, es duro verlos vivos en un momento y al rato siguiente ver que se les escapa la vida. Y, como si llevaran en mi vida desde hace mucho, siento la necesidad de ofrecerles mis palabras como despedida, y necesito mi despedida para calmar mi pena.

Del 12 al 19 de julio, 2023: CLOUDLY

¡Qué corto ha sido tu paso por este planeta! Tan solo una semana de haber venido al mundo y anoche te fuiste dejándome tu último aliento en mi pecho.

Supongo que así son las cosas, Cloudly, pero no voy a permitir que tu breve tiempo
caiga en el olvido, por eso te escribo estas letras. Mi pequeña nube parda, mi suave
día gris, de esos que te gusta estar en casa;
he intentado que tus días junto a mí fueran agradables. Te he cuidado con la esperanza
de verte crecer y de que fueras la fortuna para una familia que te amase después de mí,
pero no ha podido ser. Dejas lágrimas en mis ojos
porque tu corazoncito latiendo se ha metido en el mío y cuando se paró, cansado, fue
inevitable lamentar que tu pequeña alma me dejara así. También has dejado solito a
Sunny, y creo que, aún sin haber abierto
sus ojitos, te extraña, porque ya no encuentra la piel tras la huella de tu olor.
Ojalá, desde ese arco iris donde descansáis los inocentes, estés ya velando por tu
hermanito y que él consiga lo que tú no has podido. Ayúdame, corazoncito.
Mi pequeñita Cloudly, gracias por estos días. A pesar de todo, no me arrepiento de
haberte tenido.
Eres una nueva lección en mi vida, bonita. Aunque ha sido dolorosa tu marcha,
sé que soy capaz de llevar a cabo esta tarea y tal vez pueda ayudar a otros como tú
a sobrevivir y empezar una buena vida. Ojalá el primero sea tu hermanito.
Te oiré maullar desde el próximo arcoiris.
Y hoy, cuando ya pensaba que Sunny saldría adelante, también él me ha dejado,
como tú, de repente.

Del 12 de julio al 1 de agosto, 2023: SUNNY




Se multiplica por mil la tristeza, cuando se cumplían hoy tres semanas de tu nacimiento, Sunny. Cuando ya te he visto abrir los ojitos y con ellos me has mirado para enamorarme. Cuando ya me ronroneabas cada vez que te acariciaba, cuando ya buscabas alguna parte de mi mano para darme tu cariño a mordisquitos. Creía que me dolería la despedida al dejarte al cuidado de otra mamá, pero ya no pensaba que la despedida sería perderte para siempre. ¡Oh, Sunny, cómo siento que no hayas vivido más! ¡Cómo puede algo tan pequeñito dejar un vacío tan enorme! Qué poca fortuna habéis tenido tú y tus hermanitos. Ojalá, al menos, ahora estéis todos juntos y sea la eternidad inmensa felicidad para los cuatro. Agradezco cada minuto que he pasado cuidándote. Aunque tremendamente breve, ha sido precioso tu tiempo y sé que sabes que no he podido darte más mimos y más amor. Cuando pensaba que solo sería vuestra mamá de paso, he sido vuestra única mamá. Así que a mí me corresponde lloraros, pensaros y recordaros. He vuelto a casa con el transportín vacío, he recogido tus cosas y he tratado de descansar. Pero todas estas noches, has dormido a mi lado y ahora no estás, así que no he soportado tumbarme en la cama sin que vuelvan a llenarse de lágrimas mis ojos. Por eso, escribo como lo hice para Cloudly, para acompañarte un ratito más en tu viaje al arcoiris, para decirte adiós, para decirte hasta siempre. Mi achuchable criatura dorada.