Si la amistad te ha traido por aquí, eres bienvenido para compartir mis momentos de tranquilidad, aquellos que podré dedicar a este diario, sin guión, ni intención.
Y si es el azar lo que ha hecho que aterrices con un click en este blog, bienvenido también: si llegaste y encontraste algo que te sirva, mejor.

miércoles, 25 de marzo de 2015

AHORA SÍ QUE HA EMPEZADO MI PRIMAVERA. VOLVÍA.

Pues he tenido que esperar un par de días para ver un solazo espléndido, pero ya
llegó. Ha hecho un vientecillo algo molesto, pero bueno, en mi chiringuito preferido se estaba de escándalo. Un tintito de verano, el olor del mar y la maravillosa sensación de estar en casa.

Al encender el ordenador me ha llegado la notificación de un concurso de microrelatos, y he dicho, ¿por qué no? He mandado mis cinco líneas de primavera. En realidad, poco importa si gano, tan solo he sentido la necesidad de compartir un momento de inmensa felicidad...



VOLVÍA

"Tras la danza sensual del último eclipse de invierno ella volvía. Cierra los ojos mientras inspira la sal nueva. Un paso más cerca, desnudos sus pies deseosos de arena. Tibia ya de primavera su añorada orilla la espera, la presiente, la anhela. Y se alegra en mil destellos el mar para acogerla, mientras en otra parte las flores aplauden. Entrega su piel al sol, sonríe. Estaba en casa. Volvía."










lunes, 23 de marzo de 2015

UNA MARGARITA PARA MARIBEL

Aunque estos primeros días de primavera están siendo algo desapacibles, hasta la lluvia se siente con alegría ahora. Y es que el ambiente huele a verde nuevo y flores nacientes, preámbulo de días más largos que me acercan al mar.

En mi sendero diario me he encontrado con una reunión de margaritas, radiante blanco jovial que me ha puesto sin pensar una sonrisa en el gesto. Las margaritas simbolizan lealtad y amistad, quizás por eso (y porque ya mismo me tocará acudir a un nuevo destino, al mirarlas, me he acordado de una persona que ha demostrado ser precisamente eso, una amiga leal. Una buena amiga para mi madre y, por extensión, alguien que se preocupa sinceramente por mí.

Hoy, las esplendorosas margaritas primaverales me susurran palabras de gratitud. Por ser una buena compañía, por ser un apoyo incondicional en tantas ocasiones, por tu cariño... Sé que todo es recíproco en cuanto a lo que mi madre supone en tu vida; pero también eres muchas veces todo eso para mí sin esperar nada a cambio. Aunque no sea precisamente el súmmum de la simpatía en más ocasiones de las que quisiera contar, valoro más de lo que puedas imaginar tu presencia en nuestras vidas. 

Además, no es lo mismo empezar una nueva sustitución sin haber hecho el viaje expeditivo al nuevo destino sin ti. Esto es ya casi una tradición y, aunque no lo muestre, me gusta que sea así, por lo que, si puede ser, espero que vengas con mi madre a acompañarme a donde quiera que me manden después de Semana Santa (confío en que lo hagan, claro...).

¡Feliz primavera, Maribel! Esta margarita hoy es para ti. Sigue siendo tú una margarita para nosotras. Un abrazo.

domingo, 22 de marzo de 2015

CARICIAS

Caricias que disfrutan de su paseo tranquilo y desenfadado sobre el calor de una piel. Yemas tiernas que sin esfuerzo consiguen hacer reaparecer espacios abruptos y pálpitos eréctiles pese al cansancio de la reciente contienda. Levedad que resucita un volcán de deseo que se contiene para gozar más aún después. Manos que derraman así momentos delicados en unas caderas, aunque sepan ser las mismas que posean salvajemente esas caderas un instante después.

miércoles, 4 de marzo de 2015

LOS MISMOS NAIPES POR FIN SE CAEN



De nada sirve tratar de ver las cosas como las ve la otra persona renunciando a tu propia opinión solo por mantener a flote algo que crees importante. Lo cierto es que si eso sobre lo que se opina es ni más ni menos que las bases sobre las que sientas tu relación con esa persona, poco se puede hacer si no se está de acuerdo sin discusión. En determinadas circunstancias puede que funcione durante un tiempo, pero tarde o temprano, todo caerá como un castillo de naipes, y probablemente la fuerza que haga que esa endeble estructura se derrumbe seas tú mismo, por el agotador esfuerzo de luchar contra tus propios ideales. 

Adaptarse siempre a lo que los otros quieren puede proporcionarte quizás la satisfacción de ser considerado entre esos todos la mejor compañía, pero cuando nadie se adapta a lo que necesitas tú, te sientes solo entre la multitud. Rodeado de gente que ha exprimido tu corazón sacando de él lo mejor que tenía y dejando una piltrafa a la hora de reponer sus jugos. ¿Valió la pena entonces? Te adaptaste tanto a veces que quedaste deformado, quizás ni le encuentres sentido ya a aquello que fueron tus valores, quizás hasta te parezca que eres el único culpable de la demolición, exagerado, fuera de lugar, histérico, malpensado… 

Te angustias por creer que no llevas razón… pero… párate, respira. 

Respira una y otra vez con profundidad y hallarás que respiras por primera vez en mucho tiempo sin
una losa sobre tu pecho, porque el instinto de supervivencia actuó rechazando aquellos sentimientos que eran impostados, ajenos a tu cuerpo. Descubrirás que por mucho que puedas añorar la presencia de quien necesariamente ahora te extirpaste, ganas en recuperarte a ti mismo. No es ya una cuestión de dignidad, es más básico, es dejar de sentir ahogo, dependencia. Es abrir la puerta a tu propio yo. Cargado de defectos, pero los tuyos, no los que otros puedan poner en ti.
Respira otra vez. Cuenta las respiraciones de paz que se abren camino hinchando tus alveolos, son las primeras, pero no serán las últimas. Disfruta de tenerte otra vez, porque en definitiva eres lo único que importa.