Si la amistad te ha traido por aquí, eres bienvenido para compartir mis momentos de tranquilidad, aquellos que podré dedicar a este diario, sin guión, ni intención.
Y si es el azar lo que ha hecho que aterrices con un click en este blog, bienvenido también: si llegaste y encontraste algo que te sirva, mejor.

sábado, 7 de enero de 2017

ESA DELGADA LÍNEA ENTRE TENER PEREZA Y QUE LA PEREZA TE TENGA A TI...

Me estoy volviendo vaga... Por primera vez desde que inicié esta aventura blogera, he faltado a mi cita mínima mensual. Nada he publicado en diciembre, y mira que no son pocas las cosas que han pasado: ¡Unas Navidades y todo!

Pero, como ya mencionaba hace unos años al abrir esta mirilla a mí misma, no tenía, ni tengo, guión, ni intención al escribir en este lugar. No me ha apetecido escribir sobre según qué cosas, y sobre otras, sencillamente, no se puede escribir...

En cualquier caso, hoy es día siete de enero. Toca recoger los adornos navideños en casa (hecho), volver a la comida sana (en proceso), preparar la maleta para el "cole" (hecho...con cierta aprensión) y mentalizarse de que en menos de cuarenta y ocho horas estaré ya sumergida en la rutina de madrugones, coche, clases y todo lo demás...

Al menos, este descanso navideño me ha servido para retomar fuerzas y asumir las carácterísticas de lo que toca este curso. Creo que estoy lo suficientemente relajada como para empezar este trimestre con la ferviente creencia de que todo va a ir mejor porque yo estoy preparada para eso, así que, ¡oye!, aunque parezca mentira, hoy tengo ganas de que llegue el lunes. (No me preguntéis el lunes por la tarde, que igual ya habré cambiado de opinión...)

En cualquier caso, como este año no he felicitado la Navidad ni el Año Nuevo a nadie, a no ser que haya sido respondiendo a una felicitación previa (cosas de la pereza que me ha invadido, nada de lo que preocuparse, ¿eh?), aprovecho este mini-post para desear a todos los que habitualmente me leéis un Super-2017. Que cada uno de vosotros logréis los consabidos propósitos que os hayáis hecho al terminaros el roscón de Reyes y que no os falte de nada.

Yo, en esta ocasión, solo me he hecho un propósito: dejarme llevar sin tanta oposición a lo que no está en mi mano que sea de otra manera e intentar tomar lo que venga de la mejor forma... Tal vez me vuelva  a tomar las uvas sin haber conseguido tal cosa, porque, los que me conocéis sabéis que, para mí, no va a ser moco de pavo, pero bueno, trataré de forma relajada, tomarme la vida más relajadamente... y, ¡mira!, si fallo en el empeño, tampoco me flagelaré, que ya lo he hecho demasiado, durante demasiado tiempo y no sirve de nada. Bien visto, esto es parte del propósito, ¿no?

Últimamente, escucho de vez en cuando una cancioncilla que me da muy buen rollo y me hace tener en cuenta mi "resolution" (lo del inglés ya se consiguió, como podéis observar, jeje...). La dejo por aquí, que igual a alguno de vosotros también os transmite la misma buena onda 😉