Si la amistad te ha traido por aquí, eres bienvenido para compartir mis momentos de tranquilidad, aquellos que podré dedicar a este diario, sin guión, ni intención.
Y si es el azar lo que ha hecho que aterrices con un click en este blog, bienvenido también: si llegaste y encontraste algo que te sirva, mejor.

martes, 20 de noviembre de 2012

ROCK ME AMADEUS

De gustos eclécticos, pero siempre con buen gusto. Y aunque seguramente, hoy por hoy, no será su preferiada, esta canción siempre me hace pensar en él. Anoche no podía conciliar el sueño, una vez más, y mis pensamientos esta vez han volado hacia una de las personas que más quiero en este mundo. 


Pues no es que hable muy frecuentemente contigo. Ahora no vivimos demasiado cerca, pero, en realidad, siempre ha sido así. Y sin embargo, recuerdo que, cuando algo verdaderamente importante me ha pasado, he necesitado contártelo a ti. No sé porqué, pero aun teniendo otras personas con quien desahogarme (y de hecho así lo he hecho), cuando te he contado a ti algo, ese día, mi corazón se ha sentido más aliviado.   ¡Uy, y pelear, tela! ¡Vaya, desde que éramos niños! primero por unas cosas y después por otras, pero hasta en el peor año de nuestra relación, yo nunca he dejado de quererte con locura. si tuviera que hacer una lista de recuerdos, no tendría tiempo en un año entero para terminarla, pero tengo algunos que me remueven por dentro cuando, como anoche, pienso en ti. Seguramente, al contártelos te acuerdes tú también, pero cada uno tiene una percepción distinta de los momentos vividos, incluso esa percepción varía con el paso del tiempo, así que, en cierto modo, cada vez que te recuerdo es un nuevo recuerdo.

Tu cicatriz de la espalda... Recuerdo un sofá con un estampado verde, recuerdo el cristal roto de la ventana con el que te hiciste esa herida, recuerdo que jugábamos de alguna manera que no debíamos y caiste contra él. No recuerdo los detalles, pero sí recuerdo el miedo, el puro terror que sentí al verte sangrar. Ni siquiera estaba presente, pero recuerdo cómo se me encogió el alma el día que te quedaste dormido al volante y sufriste aquel accidente. Recuerdo una tarde que te invité al cine... la excusa para contarte un problema. unos días que nos quedamos solos en casa (no recuerdo ahora porqué), me empeñé en que perdieras unos kilitos y cociné para ti... ¡Qué bien me sentí!. Una clase de aparcar que me diste: Pensé que tenía que haber sido papá, pero agradecí que, al menos estuvieras tú. El día de tu boda, creo que ha sido la primera y única vez que me he emocionado en una boda. La angustia que pasé durante más de un año por no tenerte en mi vida...Una mañana desesperada que te llamé desde Alcalá de Guadaira: Ni siquiera te llegué a contar exactamente lo que me pasaba, pero lloré a gusto y me hacía falta... En fin, ya ves... Además de salvar mi ordenador de vez en cuando, hay muchas más cosas en las que estás hasta cuando no estás.

No es el mejor momento de nuestras vidas, esta maldita crisis no ha pasado de largo en nuestra familia y yo no me siento capacitada para ayudarte en nada, ni siquiera soy capaz de acudir a una comida familiar porque mi estado de ánimo es tal que me da miedo acabar en una discusión porque tengo esa tendencia de descargar tensiones con vosotros cuando no estoy bien por dentro. Fea costumbre, sin duda, pero supongo que muchos me entenderán. Con nadie más que con la familia puedes descargar furia, rabia e impotencia sabiendo que, pase lo que pase, no llegará la sangre al río...Pero no es justo, así que ahora mismo estoy en plan ostra en su concha por no acabar otra vez haciendo este tipo de cosas. Pero no estoy tan aislada como para no preocuparme por ti. De hecho, si tan mal me encuentro es porque el mal de uno en esta familia, afecta directamente a los demás. Si mi situación es buena, la tuya mejorará sensiblemente... Pero ahora, ha ocurrido justo lo contrario. Y tengo miedo, ¿sabes? Pero hoy, a pesar de todo, ha salido el Sol y he decidido que iba a estar igual de jodida sentada junto al mar que metida aquí en casa, así que me he ido un rato a la playa, con el cacharrito éste y me he puesto a escribir estas líneas. No pretendo con ellas ni siquiera darte ánimos. Me parecería, en este momento, hasta hipócrita porque no soy capaz ni de animarme a mí misma. Lo único que quiero es decirte que TE QUIERO.  Que no importa que no nos comuniquemos mucho para que yo sienta que no sabría qué hacer sino supiera que estás ahí. Es como este mar:  Puede que no baje todos los días a verlo, pero me basta saber que está ahí por si lo necesito. ¡Qué locura he sentido cada vez que he tenido que vivir lejos del mar, siendo consciente de que no podía tenerlo! Pues lo mismo, contigo. Así es mi cariño. Y así es, escribiendo, como ya sabes, la única manera en la que me expreso con comodidad. No elejimos ser hermanos, pero sí que decidimos querernos. ¡Es una suerte tener tu cariño! 

1 comentario:

  1. Esto de levantarme a las 5 para estudiar, leerte y desde la linea 3 ya estoy llorandoooo... no sé si es bueno...jejej
    yo os quiero a los dos, sois los extremos de una fuerte cuerda...

    ResponderEliminar