Si la amistad te ha traido por aquí, eres bienvenido para compartir mis momentos de tranquilidad, aquellos que podré dedicar a este diario, sin guión, ni intención.
Y si es el azar lo que ha hecho que aterrices con un click en este blog, bienvenido también: si llegaste y encontraste algo que te sirva, mejor.

domingo, 12 de abril de 2015

ITINERANDO EN ÓRGIVA

Pues sí, esta vez toca sierra, ¡y qué sierra! 

Afortunadamente me han dado destino justo tras acabar la Semana Santa por lo que mis temores y mi
ansiedad se han disipado con prontitud. Además, es para el resto del curso, por lo que no habrá más odiseas de mudanzas, ni más incertidumbres. Con estos términos el resultado de la ecuación es Felicidad. No ha sido Málaga, pero estoy mucho más cerca;  no ha sido playa, pero en media hora estaré cuando quiera tostándome en la arena de mi añorada Salobreña; y encima tengo el paiaje alpujarreño para sentirme en la misma gloria, así que, ¿qué más se puede pedir? ¿Que el centro sea agradable? Pues lo es. ¿Que mis nuevos alumnos sean "de los que a mí me gustan"? Pues por ahora, parece que lo son. ¿Que mis compañeros sean amigables? Pues abrumada estoy de tantas atenciones que han tenido desde que llegué. Y encima he coincidido con dos antiguos compañeros del IES
Mediterráneo que me ha ilusionado tremendamente. ¿Algo más? Pues sí, la búsqueda de piso ha sido fácil, rápida y económica. La casa está genial y las vistas inmejorables. Y, por si fuera poco, en este proceso, he dado con una chica con la que en seguida he congeniado y que ya está contando conmigo para un sinfín de planes, lo cual me ilusiona, me activa y me abre tanto las ganas de aprovechar los días que apenas duermo (cuando no es por una cosa es por otra, la cuestión es que dormir... yo, poquito).

Conocer a Isa me ha recordado lo conectados que estamos todos en este mundo y cómo realmente la filosofía de la cadena de favores es la única forma de vida que deberíamos tener. Resumiendo la historia:

Yo llegué a Sanlúcar la Mayor y gracias a un antiguo compañero de Paterna del Campo conseguí tres contactos para encontrar piso (lo cual no era fácil en ese pueblo). Me quedé, como sabéis, en casa de Juani, que ha sido para mí un pilar durante los seis meses que he pasado allí. 

A la semana siguiente se incorporó otra compañera de Granada a mi mismo centro y consiguió piso gracias a los contactos que yo ya tenía. La primera noche la pasó en mi casa, la cual le ofrecí para evitarle la tensión de la búsqueda. A la semana siguiente ella hizo lo propio con otra compañera, también de Granada, que se incorporó igualmente a nuestro instituto, Beatriz. Las tres hemos compartido coche cada miércoles y jueves en los que nuestros horarios eran compatibles hasta que a Beatriz se le acabó la sustitución. Pero, por supuesto, una vez que se fue, seguimos ya en contacto para interesarnos por cómo nos van las cosas. A ella la enviaron otra vez para Sevilla. Y, en cuanto ha pasado la Pascua, Bea me ha llamado para saber mi destino. Al decirle que me venía para Órgiva, me cuenta que tiene aquí una amiga trabajando en la EOI, así que me pasa el contacto para que me eche una mano en la búsqueda de alojamiento. Laura, que así se llama, me da unos teléfonos de rentas, y también hace que contacte con una alumna suya que seguro que sabe de algo: Isa.

Isa, en realidad, sabe de todo del pueblo, conoce todo y a todos. Me ofrece ir a ver unos estudios que alquila un amigo suyo. Entre tanto, también concierto citas con otras personas que alquilan, contactos que consigo a través del propio instituto...

Después de las primeras clases, quedo con Isa y decidimos comer juntas antes de ir a ver los apartamentos. Me cae bien desde el momento cero. Fuimos al cortijo donde están los estudios y, si bien el lugar es precioso y los estudios supercoquetos, me doy cuenta de que la opción no es muy conveniente para mí, pero, a pesar de que no me interesa alquilar aquello por lo que ella quedó conmigo, se apunta inmediatamente a acompañarme a ver la siguiente casa. Ella conoce a la casera. Y aquí estoy. He encontrado casa y amiga al mismo tiempo.
Y no me ha dado tiempo a aterrizar, todavía me duele el cuerpo por la mudanza (tres pisos sin ascensor), cuando ya he ido de tapas, he estado bailando en una fiesta de una concentración motera y he hecho mi primera ruta senderista por esta tierra tan mágica. Mañana nos vamos a hacer una clase de "zumba" (gratis), y todo lo que tiene ya pensado... 

Por cierto, entre una cosa y otra, ya he
conseguido tener un hueco para preparar las clases de mañana. Realmente estoy agotada, pero qué maravilloso es sentir este cansancio. Tengo la sensación de que estos tres meses que quedan de curso van a ser increibles, tengo el pálpito de que todo va a ir bien, ¡hasta creo posible aprobar mi examen de inglés para el que no estoy estudiando! (Bueno, este último pensamiento es seguramente causado por la euforia, pero, ¡qué carajo...!)

A veces es muy cansado ser interino y tener que andar de un lado para otro, llevando media casa a cuestas y teniendo que empezar de cero a cada poco, pero indudablemente también es una aventura nueva en cada ocasión y, como en toda aventura, el subidón de adrenalina es de lo más estimulante. Así que, me quedo con esta parte. Gracias a los que, sin embargo, tenéis que sufrir la parte previa, la
que no me gusta, la que me sienta mal, me pone de mal humor y hasta me enferma: la espera, el no saber... Gracias a todos los que os habéis interesado por mí en estos días, mi teléfono ha sido un no parar de recibir mensajes. Gracias a las nuevas personas que están entrando en mi vida como consecuencia de esta historia. Gracias, simplemente, gracias. Espero tomar muchas tapas como ésta para celebrarlo con todos los que me visitéis.


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