La música siempre nos hace sentir, aunque nunca antes la había sentido así. Cada tema un regalo que ha sido, al final, una travesía inolvidable. Gracias por este viaje inesperado.
"Escucho el gorgoteo dentro del cristal
mientras el vapor se abre camino impregnando con su sabor mis
sentidos. Cuando me aclimato a la extraña realidad que descubro,
pasa la inquietud y me acomodo sobre él. Recuesto mi cabeza sobre
su pierna, mi boca deja de hablar para que hablen los besos, dejo de
oír el ruido para empezar a escuchar la música y cierro los ojos
para mirar con la piel. Dejo que esa música se haga grande, inmensa,
que se despedace en mil sensaciones que penetran por cada poro entre
él y yo.
Sus manos se aprietan en torno a mi
cuerpo, como si yo fuese el instrumento del que tuvieseque extraer
esas notas, ese timbre, tal y como él las está percibiendo.
Mientras, yo, en cambio, transformo el ritmo y la melodía en danzas
que solo yo imagino, a veces melancólicas, otras alegres, ligeras
como nubes o con la fuerza de la crudeza. Vuelo. Lo siento todo fuera
de mí como si estuviera ocurriendo muy lejos. Sin embargo, todo
ocurre con una intensidad inaudita justo dentro.
Su voz me devuelve al tiempo. Lo
escucho, sonrío y un segundo más tarde vuelve a acompañarme al
infinito. Me acompaña en silencio y deja que sea feliz para mí.
De pronto, los bailes de mi cabeza mueven mis pies. Primero siguen el ritmo sin levantarse, pero la necesidad los hace abandonar el recato y, por fin, convencen a mis caderas, a mis manos, que se unen en lo clandestino, allí bailan mis dedos. Los suyos se les unen en esa cálida sala de baile. La música retumba en mi vientre. Me rindo ante ella, me rindo ante todo. Definitivamente deseo levantarme y bailar. Bailo ante su mirada atenta pero mis ojos continúan cerrados. Yo sigo contorneándome egoista, solo para mi disfrute. No controlo mis movimientos, no los estudio, no los decido. Solo vuelo a pesar de no dejar de rozar el suelo.
No hay de qué preocuparse. No lo
abandono. Pronto mi boca también desea danzar en él. Lo hace
rítmicamente, delicada, pero demostrando firmemente que anhela
acompañarlo. Nos acompañamos en ese Universo paralelo que hemos
creado donde la materia y la energía no son más que pura
sensualidad."
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