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domingo, 8 de diciembre de 2013

EXCUSA PARA BRINDAR CON VINO

No sé ya los años que hace que no celebro el día de mi santo, al menos, no cómo hacía antes. Recuerdo grandes fiestas con muchos amigos reunidos en casa. Y es que como coincide con la Inmaculada Concepción, casi nadie conoce que este día también es mi onomástica. Por eso, yo me encargaba de que mis allegados no faltaran a la cita organizando un ágape por todo lo alto. 

Y es que la cosa tiene historia...aunque, la verdad, ahora ya no sé si mis recuerdos son el remanente de una realidad o solo es una fantasía que durante toda mi vida di por vivida. Lo digo porque a veces nuestro cerebro nos engaña; las cosas ocurren de una manera y nosotros las archivamos versionada. En cualquier caso, así es cómo yo recuerdo que pasaron las cosas y, a estas alturas de mi vida no voy a dudar de este archivo, por más que, tal vez, quizás, a lo mejor, no ocurriera tal y como lo fijé  en el hipocampo (o en la corteza cerebral como parece ser que en realidad ocurre según últimas investigaciones) Veréis:

Tal día como hoy se casaba uno de mis tíos. Alguien en la puerta de la Iglesia me preguntó mi nombre y luego quiso saber cuando era mi santo, a lo que yo respondí que no tenía. Entonces la señora me dijo que me lo pusiera el día que a mí me diera la gana y decidí que ése era tan buen día como otro. A partir de entonces el ocho de Diciembre celebré mi santo. Obviamente, como yo inventé la fecha, solo mis padres y hermanos me felicitaban llegado el momento. No obstante, en una ocasión, creo que andaba yo por séptimo u octavo de EGB, una compañera que ni siquiera era de mi círculo más íntimo, me felicitó tras el día de fiesta. Yo le pregunté sorprendida cómo era que sabía que había sido mi día. Ella me dijo que tenía una tía que también se llamaba Esther y celebraba el ocho de Diciembre su santo. No pude por menos que quedar algo perpleja por la casualidad, así que aún con más motivo, celebrar este evento se convirtió en algo importante para mí. De hecho, le daba mucho más bombo a esta fecha que al día de mi cumpleaños.

Mi hermana, pasado aún más el tiempo, me regaló una pegatina de estas que describen tu personalidad por tu nombre, tan solo porque fue la única que vio en la que se hacía referencia al ocho de Diciembre como onomástica del mismo. Y ahí la tengo, pegada en la puerta de mi dormitorio...

Ahora resulta que, desde hace unos años, Santa Ester está contemplado en el santoral  el veinticuatro de Mayo, pero oígan, con semejante historia, ¿cómo voy a cambiar ahora la fecha? Yo lo seguiré celebrando el ocho de Diciembre hasta que me muera. Eso, si lo celebro, porque lo de las fiestas hace ya un rato que pasó a la historia. De todos modos, este año he salido a comer con mi madre y una amiga suya. Me ha dicho mi madre que hacía muchos años que no podía celebrar mi santo conmigo porque siempre he quedado con alguien. Supongo que, como ella dice, eso bueno tiene que no tenga un céntimo para andar invintando a nada a nadie, porque así no me ha quedado otra que quedar con ella. Aunque se equivoca en un detalle: lo cierto es que hoy no hubiera cambiado el estar con ella por estar con otras personas. 

Hemos comido en un italiano, hemos brindado con vino tinto (que desde anoche tenía antojo y ahora me dejó jaqueca), hemos tomado el sol caminando por el paseo marítimo y después hemos visto una película, La vida de Pi, que sabía que les gustaría. En fin, ahora, para acabar de celebrarlo, ya que ellas se han marchado, estoy escribiendo este post mientras veo por skype a mi hermana decorando su arbolito de Navidad con galletas de mantequilla (que para no desentonar ya ha adoptado ciertas tradiciones alemanas). Y así, de vuelta al origen de la tradición de mi santo: celebración casi exclusiva con mi círculo más cercano. ¿Acaso necesito más?




1 comentario:

  1. Esther: me ha encantado conocer la bonita historia sobre el día de tu santo, y me hace muy feliz haber formado hoy parte de tu celebración.
    Deseo que lo hayas pasado tan estupendamente como yo en vuestra compañía (ya que os considero como familia) a tu madre mejor no decir los años que hace que nos conocemos(porque entonces se pueden saber los que tenemos) y nos queremos mucho, Irene dice que (soy su segunda madre)
    P/D:la peli me ha maravillado (has acertado con mi gusto)
    Felicidades de Maribel Caballero

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