Pues ya hacía tiempo que no sabía nada de Luan, pero es que la pobre mujer ha estado sumida en un mar de sentimientos confusos. No las tiene todas consigo. A mí me parece que sabe muy bien que está empeñada en seguir navegando por un mar que nunca la llevará a buen puerto. Pero la entiendo: el hemisferio derecho de su cerebro manda en sus acciones y por más que la razón le diga lo contrario, es emocional hasta lo imposible.
En fin. Luan, suerte. Tal vez naufragues, pero disfruta mientras puedas del mar en calma. Y, no te preocupes demasiado. Si se vuelve a hundir tu barco en una nueva tormenta, simplemente déjate llevar flotanddo hasta la isla más cercana. Que ya sabes que si te dejas llevar, el refugio puede convertirse en un lugar divertido que explorar.
CAP 10: ESE VASO NO SE LLENA SI NO VUELVES A QUERER
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