Si la amistad te ha traido por aquí, eres bienvenido para compartir mis momentos de tranquilidad, aquellos que podré dedicar a este diario, sin guión, ni intención.
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lunes, 11 de julio de 2016

PEDACITOS I

Porque no siempre encuentro el tiempo y las ganas necesarias para encender el ordenador y pasar un rato frente a la pantalla, pero sí hay momentos de letras escritas en cualquier pedacito de papel, momentos de acordarte de alguien o de entenderte a ti mismo con una especial clarividencia . Porque en esta ocasión ha ocurrido así, un mes de junio que parece que no ha existido porque no haya escrito algo en este saco de recuerdos y sentimientos, y sin embargo, ha estado lleno de acontecimientos: Un estresante final de curso, con examen de oposiciones incluido, una vuelta a casa llena de ilusión por estar rodeada de mi gente, de mis cosas, de mi playa y de mi pueblo. Así que, aquí van los pedacitos que se me quedaron sin tener su propio momento, pero que momentos fueron, al fin y al cabo.

BAÑADOS DE FELICIDAD



¡Y pensar que aquel silencioso milagro ocurría cada día! Ese baile de colores y cielo se derrama sobre nuestras mejores horas de sueño. Y con nuestros ojos cerrados, nuestro corazón no siente que se pierde la maravilla. Pero, en la playa desierta, aquel amanecer de verano nos sorprendió amándonos; y, por fin, bañados de felicidad, nosotros lo sorprendimos a él mirándonos.



LÁGRIMA

Resbala, silenciosa, la muestra inequívoca de la derrota; húmeda materialización de la incontenible tristeza; sal luctuosa que escuece en cada poro de piel que baña.
Cae, tímida y solitaria por un momento; llama a sus hermanas que, sin dudarlo, acuden tras ella para convertirse en mi llanto: un río de sueños rotos.



PARTICIPAS
 
Y seguirás partcipando, no te vas a quedar tras la barrera, no puedes, aunque no sepas si tienes alguna opción de ganar, ya, a estas alturas, sabes que solo se pierde si no se participa. Porque no hay juego más incierto, no hay barco más dispuesto a cambiar de rumbo en cada soplo de viento, y el viento de tu historia es una masa de aire caliente que se arremolina desordenado cuando le golpea el frío, pero nunca sabes la forma que adoptará tras las tormentas. Solo sabes que, independientemente del destino, en cada remanso en el que has tenido oportunidad de rearmar la nave, has descubierto que los daños que creiste que tendría, ni fueron tan graves, ni fueron, después de todo, daños. Adquiriste más de lo que perdiste. Por eso, sigues adelane, participas, porque cada vez tienes más claro que ganar es una palabra sin sentido. Ganar es vivir. Solo eso. 


 




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