Si la amistad te ha traido por aquí, eres bienvenido para compartir mis momentos de tranquilidad, aquellos que podré dedicar a este diario, sin guión, ni intención.
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martes, 9 de octubre de 2012

OCEAN CRUISER

Como muchos ya sabéis, el mes de Ocubre lo he empezado "cambiando de profesión"... Bueno, no es que de repente haya perdido mi vocación docente, más bien las circunsatncias de crisis por la que estamos pasando me han tocado de lleno y me he visto obligada a volverme a buscar la vida como sea... El otro día os hablaba de un día maravilloso junto a mi amiga Mariluz en el que, entre otras cosas, nos dio por subirnos a uno de los barquitos del puerto para dar un paseo... Durante la travesía hicimos amistad con el marinero de a bordo y, lo uno llevó a lo otro, acabé con trabajito en otro de los barcos de Puerto Marina: El Ocean Crusier. 

Lo cierto es que el trabajo a final de temporada como estamos es muy duro, pues ya la mayoría del turismo se ha marchado y cuesta sudor y lágrimas conseguir clientes que quieran pasear por la bahía... Esa es mi labor, soy la comercial de esta pequeña empresa y os juro que no es lo que deseo. El que me conoce sabe que nunca me ha gustado vender... ni que me insten a comprar, pero es justamente lo que hago ahora. Sin embargo, no hay nada que no tenga su lado positivo y, en este caso, hay dos cosas que básicamente hacen que a pesar de las largas horas que paso de pie y haciendo algo que no me gusta, esta experiencia esté valiendo la pena. Por supuesto, una de ellas es disfrutar de vez en cuando de uno de estos paseos, cuando ya vamos a cerrar, si en el último viaje queda alguna plaza libre, mi jefe me hace subir a bordo y disfruto como una niña de una maravillosa puesta de Sol en el mar o, como hoy, de un misterioso paseo dentro de una niebla espesa que transforma el paisaje. Creo que no hay nada que cargue más las pilas. Para alguien como yo que no puede vivir lejos del mar, poder verlo desde aquí es simplemente impresionante. Pero, lo más importante que encuentro en esta aventura es haber conocido a personas maravillosas. Para empezar a Isaías, que sin conocerme a penas de nada, nada más saber de mi situación, no dudó en recomendarme para este trabajo. Y para rematar el pastel, Marga y Juan Carlos, la pareja para la que trabajo. Me han abierto los brazos desde el primer momento y me están dando una lección de positivisto que solo si fuera necia no atesoraría. Quizás haya tenido que ser así tan solo para conocerlos a ellos. Este post está dedicado a ellos, para rendirles mi agradecimiento y para que sepan que no me olvidaré nunca de estos días. Por supuesto, espero que vosotros, amigos que leéis este humilde bitácora, tengáis aún un motivo más para venir a visitar este velero y daros un hermoso paseo. No os arrepentiréis. Os estamos esperando, no lo olvidéis.



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