sábado, 30 de abril de 2011

SLOWLY




                                                                       

                                            (Para A.R. y un montón de noches mágicas)

Por más que me encuentre un tesoro en las Fuentes del Nilo
quiero bailar un "slow" with you tonight, tonight.
Y aunque seas la Monna Lisa o la Venus de Milo,
quiero bailar un "Slow" with you tonight, tonight.
Por más que yo sea una Bestia y tu seas tan Bella
quiero bailar un "slow" with you tonight",
Ya puede caernos encima un diluvio de estrellas
quiero bailar un "slow" with you  como aquel
Times goes by, so slowly.
I hunger for your... sha la la la la
slowly, slowly...

Por más que nos pille el estúpido de tu marido,

Quiero bailar un "slow" with you tonight.
Y aunque enamorarme de ti me lo tengas prohibido
quiero bailar un "Slow" with you tonight, my love.
Por más que no pueda comprarte un collar de diamantes
quiero bailar un "Slow" with you tonight.
Y aunque nunca llegue a ser Harrison Ford como
amante
quiero bailar un "slow" with you como aquel...
At the end of'the rainbow
You'll find a pot of gold... Sha la la la la
Slowly, Slowly

Por más que aparezca la grúa y se lleve mi coche

quiero bailar un "slow" with you tonight.
Por mí que reviente el planeta en confetti esta noche
quiero bailar un "slow" with you tonight.
Y como parece que el corto verano se acaba
quiero bailar un "slow" with you tonight, tonight.
Seamos, al fin, Salomón y la Reina de Saba
I want to dance a "Slow" with you como aquel
Dream
Dream, dream, dream Sha la la la la
I love you when you do it
So slowly, so slowly
Oh baby, baby, be mine tonight...
I love you when you do it
so slowly, so slowly
Oh baby, baby, please hold me tight...
so slowly
                                               L.E.Aute

viernes, 29 de abril de 2011

SABELOTODO

¿No os ha pasado alguna vez qué sentís como os quema de rabia las entrañas por querer plantarle  cara a un "sabelotodo" que, en realidad, no sabe de nada más que de su propio ombligo, y, sin embargo, notar como hasta el último poro de tu piel te grita que no hagas nada, porque ante semejantes personajes cortos de mira (por ser suaves en el lenguaje) es mejor morderse el labio?

¡Cómo me molestan las mentes bienpensantes que solo piensan bien cuando se trata de sus propios actos, pero nunca está bien para ellos cualquier acción si proviene de un ajeno! ¡Cómo me molestan los que andan juzgando antes si quiera de conocer los hechos! Hay quien llega avasallando, sin hacer preguntas, sin tener criterios, solo  deseando hacer gala de su autoridad, sin importarles poco, o nada, si tienen alguna razón en lo que hacen. Me molestan los que dan por hecho que los alumnos siempre lo hacen mal. Me molestan los que no respetan el trabajo y, lo que es peor, las ilusiones de los que, con mucho esfuerzo, tratan de hacer algo diferente.

Hoy ha sido el culmen de una semana en la que estos sentimientos han malogrado la felicidad que siento en mi trabajo. Es por esto que, tal y como dije el primer día que escribí en este cajón de sastre, vengo a desahogar en una hora tranquila, lo que me está torturando. A poner un poco de órden en mi espíritu revuelto, a buscar la calma incluso antes de que estalle la tormenta. Sí, porque lo que más me enciende es que estos rayos y truenos han de quedarse en mi particular caja de Pandora, porque, tras pensarlo (y mucho), he llegado a la conclusión de que no merece la pena tratar de explicarme, o de pedir explicaciones más bien, a una persona que actúa, como bien demuestra, sin tener un ápice de empatía. ¿Cómo puedo así pretender que comprenda como hieren sus palabras o su actitud? Creo que hoy, hoy que tenía la firme intención de aclarar mi postura, no se ha dado la ocasión porque no tenía que ocurrir. Algo me dice que es mejor contar hasta diez (o un millón si hace falta) y no defender lo que no tengo además porqué defender. No hay motivos porque desde el concepto hasta el hecho está todo bien. Porque me niego, con rotunda convicción, a faltar a mis ideales, entre los cuales, el primero es el profundo respeto que tengo por todos mis alumnos, al cariño con el que creo que un docente tiene que ejercer su profesión, al espíritu de un proceso de enseñanza en el que se comparte algo más que una pizarra y unos libros de texto. Creo en, abogo por  y me esfuerzo para que las clases sean una vivencia personal, algo que ellos no olviden y que yo tampoco. Ésta es mi ilusión. Ésta es mi vida. Y ningún sabelotodo del Paleozoico va a volver a estropear mis horas. Me prometo no volver a malgastar mi tiempo pensando en esto, aunque seguiré vigilante porque no he permitido, ni permitiré que, en mi presencia, se trate sin el suficiente respeto a aquellos por los que yo me levanto todos los días. Podéis estar seguros.