A juicio de cualquiera, aquella no era una situación fácil ni cómoda, pero en ese momento, a pesar de instalarse un sudor nervioso entre la piel desnuda que no cubría sus prendas cortas de verano y aquel ajado asiento, experimentaba el alivio y la satisfacción de empezar a soltar el pesado lastre.
No hay comentarios:
Publicar un comentario