La semana pasada me apunté para
hacer hoy, 21 de Abril, una ruta de senderismo promovida por el ayuntamiento de
Paterna del Campo. Pensé que, dado que, de todas formas, aunque me quedara
encerrada una vez más el fin de semana en la casa con el propósito de estudiar,
no lo iba a conseguir, que mi nivel de estrés ya está en unos límites no
tolerables por un ser humano normal y que no hay nada que me salve de suspender
estas oposiciones, pensé, digo, que, de perdidos al río, me lío la manta a la cabeza y,
al menos, paso un buen rato, que falta
me hace. Con esta idea estaba hasta ayer mismo por la mañana, incluso me fui de
comida con los alumnos de mi tutoría que me habían invitado ya hacía tiempo y,
bueno, ya puestos a perder el sábado, ¿por qué no también la tarde del viernes?
Pero, a eso de las siete y media de la tarde, ya en
casa y sintiendo cómo la ansiedad empezaba a invadirme de nuevo delante
del tocho de problemas que lleva
esperándome toda la semana encima de la mesa, sonó el teléfono a la llamada de
mi compañera Isa. Últimamente, cuando hablo con ella, su tono es apagado,
cansado y átono (síntomas de la misma enfermedad que ha causado estragos este
año entre los interinos que debemos opositar: trauma agudo por incertidumbre e
indignación). Pero ayer, nada más escucharla, supe que el milagro ha ocurrido:
Nos libramos de opositar en Junio… Al menos eso parece. El ministerio ha
presentado un recurso contra la Junta de Andalucía con lo que, en principio,
queda paralizado el proceso de oposición. Aunque la Junta de Andalucía acabara
ganando, ya nos habríamos montado en Septiembre y dudo que convoquen
oposiciones durante el curso, ya que los tribunales están formados por profesores que tendrían que faltar a su
puesto de trabajo, bla, bla, bla…
Dadas las circunstancias en las
que se convocaron estas oposiciones, anoche daba saltos de alegría y hubiera
dado lo que fuera por estar en Málaga para celebrarlo con mis compañeros de
sufrimiento. No sé si los recortes en educación me afectarán el curso que
viene, pero es indudable que de haber oposiciones no me cabría ninguna duda:
estaría en la calle sí o sí. Así que, como menos da una piedra, este pequeño
halo de esperanza de seguir trabajando el curso que viene, me ha devuelto la
alegría. En fin, no he podido dormir en toda la noche porque, de repente, me
han vuelto las ganas de hacer un montón de cosas y la cabeza no ha hecho más
que idear historias, ahora que me han quitado la losa de esta injusta
convocatoria.
Así pues, esta mañana iba más
fresca que una rosa al punto de salida de la excursión, ya no con la idea de
pasarlo bien intentando no pensar durante un rato en la tortura de los mapas
geológicos, problemas de genética, visus, etc, sino con la felicidad de todo el
planeta en mi cara. De esta manera no puede salir nada mal: No me he mareado en
el autobús, no me ha dado ninguna crisis de asma en la ruta, nos ha hecho el
tiempo perfecto, con el sol perfecto y las nubes perfectas en los momentos
oprtunos. Vaya, la mejor ruta de mi vida. Os aseguro que aunque haya visto
paisajes más hermosos en otras ocasiones, los de hoy me han parecido los más
bellos. Amor, sentía amor todo el rato, jajajaja.
La verdad es que hasta que no vea
la noticia de manera oficial en la web de la Consejería de Educación no me lo
voy a creer del todo y, a lo peor, a esto se le dé la vuelta como a una
tortilla y resulte que el lunes nos volvemos a hundir en la frustración, que
tal y como nos han estado tratando este año, todo puede pasar, pero, si eso
sucediera, si me he hecho ilusiones para nada, de verdad, este día ha merecido
la pena por el tiempo que hacía que no me sentía realmente bien.
Así pues, comparto con vosotros
imágenes de este día tan estupendo y algo de historia referente a la Ruta de la
Rivera de Berrocal-Andevalo, por donde hemos caminado hoy.
BERROCAL
Antigüedad de más de 4 milenios,
que se pone de manifiesto por la existencia de abundantes restos dolménicos.
Nace como aldea durante la
repoblación leonesa en el siglo XIV por
su posición estratégica como vía de comunicación entre los yacimientos mineros
del Andévalo y el río Guadalquivir.
Adquirió la condición de villa a
mediados del siglo XVII tras emanciparse de Tejada. La quema de sus archivos
civiles y eclesiásticos por parte de las tropas francesas supuso la pérdida de
una parte importantísima de la Historia de este singular pueblo serrano. Se
sabe, no obstante, que en 1860 vio recortado sensiblemente su término municipal
para beneficio de las localidades vecinas de Escacena y Paterna del Campo.
Tras un periodo de bonanza social
y económica motivado por el auge de las minas de Riotinto en el último cuarto
del siglo XIX, la emigración padecida a partir de los años 60 del siglo XX
condicionará un alarmante envejecimiento de la población, ya en receso.
EL BOSQUE MEDITERRÁNEO
El entorno por el que discurre la
ruta es el ejemplo palpable de lo que fue un bosque típico mediterráneo, con su
vegetación tradicional: Romero, tomillo, lentisco, jara, alcornoques, encinas,
pinos, etc., que ha sufrido la brutal agresión llevada a cabo por la mano del
hombre cambiando radicalmente el paisaje mediante la masiva plantación de
eucaliptos, por ejemplo.
La cuenca del río, por su particularidad y
contraste de ecosistemas diametralmente opuestos, como la hostilidad hacia la
vida del ecosistema del río y la biodiversidad del bosque mediterráneo que lo
rodea, nos lleva a apreciar este contraste único difícil de imaginar.
EL RÍO TINTO
El río Tinto pertenece a la
cuenca del Guadiana, nace en la Sierra de Padre Caro y, tras recorrer casi 100
Km llega hasta la Ría de Huelva donde se funde con el río Odiel.
En la cuenca alta del río Tinto
se sitúa el mayor yacimiento minero a cielo abierto de Europa. El desarrollo de
la minería a lo largo de la historia en esta zona ha originado un peculiar
paisaje. El río Tinto es un enclave único en el mundo, tanto por su belleza
cromática como por sus excepcionales condiciones ambientales. Las aguas
caracterizadas principalmente por ser de pH muy ácido, rojas por su alto
contenido en sales ferruginosas, de escasez de oxígeno y contaminadas desde los
albores de la historia por el sulfato férrico, acogen una gran diversidad de
microorganismos (muchos de ellos aún sin catalogar) que se alimentan solo de
minerales y se adaptan a hábitats extremos. Por esta razón, el lugar fue
elegido por la agencia espacial norteamericana NASA para estudiar estas formas
de vida, debido a la probable similitud entre sus condiciones ambientales y las
que podrían darse en el planeta Marte.
EL FERROCARRIL MINERO
Hacer una reflexión de lo que
significó el ferrocarril minero, no es nada fácil. No sólo fue una obra de
ingeniería que posibilitó el transporte de mineral de río Tinto a Huelva, el
ferrocarril fue mucho más que eso; fue una reactivación económica, la
revolución de los medios de transporte, la evolución tecnológica, las bases del
desarrollo comercial, la apertura ideológica y social. En resumen: el elemento
dinamizador indispensable para la explotación de nuestra riqueza y para el
desarrollo y la evolución de la comarca y, por qué no, de la provincia. Muestra
de todo ello es el esplendor que vivió en su día la zona de la ribera de Berrocal y el río Tinto.
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